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Agricultura pondrá en marcha un plan nacional de difusión tecnológica

Ayer se reunió por vez primera la Junta Coordinadora de Extensión Agraria, integrada por la totalidad de los consejeros de agricultura de los entes autonómicos y preautonómicos del Estado español. Estuvo presidida por el ministro de Agricultura, Jaime Lamo de Espinosa.

Se analizaron en ella los problemas existentes en materia de transferencias, así como un plan nacional de difusión tecnológica, que permita la modernización de las explotaciones agrícolas y su adaptación al ingreso de España en la CEE.En un documento básico repartido por la Administración central a los consejeros autonómicos se dice en este sentido que «en los agricultores, como protagonistas y ejecutores de sus propias decisiones empresariales, recae la principal responsabilidad de las innovaciones tecnológicas», aunque también se expresa en él que la Administración divulgará las informaciones técnico-económicos precisas para hacer los cambios deseables, aportará su ayuda e impulsará la creación e implantación de servicios técnicos en cámaras agrarias, cajas rurales, cooperativas y demás entidades u organismos con una infraestructura necesaria para contribuir a esta divulgación.

El Plan Nacional de Difusión Tecnológica tiene dos partes diferenciadas. En la primera se determinan aquellos productos agrarios que, por su importancia económica o interés nacional, se verán afectados por el ingreso en la CEE. En la segunda, se analizan los problemas técnicos generales, por regiones y tipos de explotación, y sus posibles soluciones.

Los productos analizados en el plan son leche de vaca, carne de vacuno, patata, cebada, trigo, carne de ovino, aceituna de almazara, uva de vinificación, remolacha azucarera, maíz, girasol, algodón, leche de oveja, pastos y forrajes. En cada uno de ellos se reseña el valor de su producción, incidencia del ingreso en la CEE, nivel tecnológico actual y posibilidades de mejora.

Por ejemplo, en el caso de la leche de vaca (uno de los productos que requieren mayor reestructuración de cara a la integración comunitaria), se especifica que el valor de su producción es de 77.815 millones de pesetas, que se trata de un sector en situación desfavorable de cara a Europa, que su nivel tecnológico actual es bajo y que sus posibilidades de reestructuración son medidas a corto plazo.

El documento hace una especial llamada al ahorro energético, considerando que se puede ahorrar mucho y de muy distintas maneras.

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