Declaraciones eclesiásticas
Cuando don Marcelo desayuna, se come un porcentaje de nuestros impuestos. ¿Por qué hemos de pagar los aportes energéticos sobre los que se asientan sus reaccionarios (o progresistas) discursos? El movimiento comunista, pongamos por caso, el club de filatélicos de nuestro barrio o el Real Madrid viven de las cuotas de sus simpatizantes y afiliados. ¿Por qué no hace lo propio la Iglesia? ¿Lo adivinan los lectores dé EL PAIS? Pues, por eso.Pagar -nos decían no hace mucho- da derecho a exigir. Pues bien, exigimos de Hacienda las cuentas claras por lo que respecta a la subvención a los curas (déjando de lado, por el momento, ese método de financiación indirecto, pero cuantioso, a través de la enseñanza privada). Exigimos, en fin, la libertad de tributar a otras organizaciones o instituciones de nuestra devoción./