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Los cuatro vascos deportados por Holanda recibieron adiestramiento en Yemen del Sur

La detención de cuatro presuntos miembros de ETA Militar en el aeropuerto de Barajas, el pasado viernes, donde llegaron acompañados por policías holandeses, tras ser deportados de aquel país, es interpretada como la primera consecuencia del convenio europeo de represión del terrorismo, ratificado por el ministro español de Justicia, Iñigo Cavero, en la 12ª Conferencia de Ministros Europeos de Justicia, celebrada en Luxemburgo días pasados. También se señala que la deportación tuvo lugar dos días después de que el ministro del Interior, señor Rosón, anunciara en el Congreso una intensa acción diplomática para recabar colaboración en la lucha antiterrorista.

El Ministerio del Interior facilitó el pasado domingo, a media tarde, una nota oficial de las detenciones. La nota especifica que los cuatro detenidos, Juan Carlos Yurrebaso, de 25 años; Juan Ignacio Urrutibeascoa, de 29; José Antonio Aguirrebarrena, de 20, y José Manuel Arzallus, de 23, que portaban documentación falsa, fueron acompañados por la policía holandesa hasta la aduana del aeropuerto de Barajas. «Llegaron a Amsterdam procedentes de Adden, en Yemen del Sur, donde realizaron un curso de adiestramiento terrorista de cuatro meses, entre enero y mayo de este año, junto con otros ocho miembros de ETA Militar y algunos palestinos disidentes de la Organización para.la Liberación de Palestina (OLP), que han formado grupos autónomos terroristas, tras su expulsión de la organizacíón».«Durante los cuatro meses de preparación», señala la nota de Interior, «efectuaron prácticas de armamento y explosivos y desarrollaron técnicas de guerrilla urbana. Los cuatro detenidos están implicados en varios atentados terroristas realizados en el País Vasco durante 1978 y 1979: ametrallamientos, voladuras, atracos, intentos fallidos de asesinatos contra dos industriales vascos y varios miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado y numerosas vigilancias y acciones informativas».

También, según la nota facilitada por Interior, José Manuel Arzallus «ha declarado participar en el asesinato del guardia forestal de Lizarza, Ramiro Quintero. Juan Ignacio Urrutibeascoa fue responsable del comando Urquiola, hasta su desarticulación por la policía, en febrero de 1979, momento en el que huyó a Francia, donde vivía junto con los otros tres terroristas detenidos».

La madre de José Antonio Aguirrebengoa declaró al enterarse de la detención de su hijo que no había tenido noticias suyas desde hacía un año, hasta que el pasado miércoles, dos días, antes de ser deportado, y el mismo día del discurso de Rosón en el Congreso, recibió una llamada suya desde Amsterdam, en la que le pedía 100.000 pesetas para «salir de una situación delicada».

Parece confirmado que los cuatro presuntos terroristas solicitaron ser trasladados a Ginebra, cuando, tras ser capturados por la policía holandesa, supieron que iban a ser deportados. Al parecer, pensaron que iban camino de Ginebra hasta que se encontraron en el aeropuerto de Barajas, de Madrid.

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