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Irán denuncia un supuesto ataque fronterizo del Ejército iraquí

Un supuesto ataque militar iraquí contra Irán fue anunciado ayer por la radio y la televisión iraníes, pero las autoridades de Bagdad se apresuraron en desmentir la noticia, que tampoco fue confirmada por ninguna fuente independiente o por terceros países.

En sus boletines informativos de la tarde, los medios de información de Teherán afirmaron, citando al gobernador de la provincia petrolífera del Kuzistán, que «fuerzas armadas iraquíes, equipadas con armamento pesado, lanzaron un ataque contra un sector de la frontera iraní». La radio y la televisión iraníes se abstuvieron de facilitar detalles sobre la hora y el lugar exactos del ataque iraquí. Sin embargo, el propio gobernador del Kuzistán, que es también comandante en jefe de la marina iraní, interrogado por teléfono por la agencia France Presse, calificó de «incidentes sin gravedad» la ofensiva iraquí.Según el almirante Ahmad Madani, se produjeron disparos por parte de algunos militares iraquíes cerca de la localidad iraní de Jooranisharr, situada en la provincia del Kuzistán, en el suroeste de Irán. El comandante en jefe de la marina declaró ignorar si los «agresores» iraquíes se encontraban en territorio iraní, o bien no habían cruzado la frontera.

En otras declaraciones, el gobernador del Kuzistán y el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Sadegh Ghotbzadeh, indicaron que las tropas iraquíes se habían desplegado a lo largo de la frontera, probablemente en la zona del río Chatt el Arab, que forma una división natural entre ambos países.

En sus últimos boletines informativos de ayer, la radio iraní acusó a «Carter y a sus cómplices de haber inspirado el ataque».

Tras la caída del sha y la llegada al poder del clero chiita, las relaciones entre Irak e Irán han experimentado un rápido deterioro. En concreto, la frontera entre ambos países fue escenario durante el verano pasado de combates violentos entre fuerzas del Ejército iraní y guerrilleros kurdos, alentados por Bagdad, según Teherán.

Los observadores en Teherán acogieron con cautela las informaciones difundidas por los medios de comunicación iraníes. Algunos apuntaron que cuando la revolución islámica no consigue galvanizar a la población iraní con el secuestro de los rehenes norteamericanos y se enfrenta con graves problemas internos, empezando por los incidentes de Azerbaiyán, el anuncio de un ataque militar iraquí constituye un intento de suscitar un clima de unión nacional en el país.

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