La OTAN confía en la Conferencia de Seguridad de Madrid para impulsar el desarme y la distensión

El Consejo de la OTAN, los ministros de Asuntos Exteriores de los quince países miembros de la Alianza Atlántica, incluida Francia, concede una extraordinaria importancia a la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), que tendrá lugar en Madrid en noviembre del próximo año 1980, y en la que podría plantearse una conferencia europea de desarme.

En su comunicado final, hecho público ayer en la sede de la Alianza Atlántica, en Evere, el Consejo aliado, después de insistir en la necesidad de que el Senado norteamericano ratifique las SALT II, como contribución al progreso en materia de limitación de armamento, estima que la conferencia de Madrid puede ofrecer una magnífica ocasión para buscar nuevos terrenos de entente entre los dos bloques. «Expresamos nuestra confianza», afirman, «en que la CSCE que se desarrollará en la capital de España marcará una etapa importante en el proceso de distensión.»Los miembros de la OTAN se comprometen a preparar con cuidado la cumbre de Madrid, de forma que tenga un alto nivel político, y anuncian contactos bilaterales entre sus respectivos Gobiernos en este sentido.

Los aliados parecen deseosos de no restar brillantez a la conferencia de Madrid. Sus portavoces oficiosos insisten en que el Gobierno español no debe mantener ningún recelo a este respecto, puesto que su intención, caso de que prosperen los primeros contactos sobre limitación de armas euroestratégicas, es ofrecer estos resultados en la conferencia madrileña.

Los ministros de Asuntos Exteriores examinaron en su última jornada de trabajo todas las propuestas en este campo realizadas tanto por países aliados como neutrales o del Pacto de Varsovia y consideraron que la propuesta francesa puede ser una base útil sobre la que seguir trabajando.

«Estamos convencidos», prosigue su comunicado oficial, «de que en la reunión de Madrid verá la luz, corno elemento de un trabajo equilibrado, un mandato para nuevas negociaciones bajo la égida de la CSCE que permitan llegar a una limitación y a una reducción de armamentos en esta zona geográfica.»

En cuanto a los objetivos militares que la OTAN fijó en esta reunión de «invierno», en el plano convencional, y al margen de la gran decisión sobre el despliegue de nuevos misiles, merece destacarse los intentos de lograr que los efectivos terrestres conjuntos de la Alianza Atlántica lleguen a los 700.000 hombres y los efectivos combinados aeroterrestres a cerca de 900.000. El Consejo Atlántico examinó con especial atención un informe sobre la situación en el Mediterráneo y subrayó la importancia de mantener un equilibrio de fuerzas en la región. Los ministros de Asuntos Exteriores decidieron continuar sus consultas en este campo.