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Pat Nixon

, la esposa del ex presidente de Estados Unidos, ha sido internada en un hospital de San Clemente (California), aquejada de un proceso de neumonía. Mientras tanto, en Nueva York, su marido acondiciona la nueva casa del matrimonio y busca locales para instalar sus oficinas. La Administración de los Servicios Generales del Gobierno de Estados Unidos trata de hallar esos locales, porque es obligación del Estado proveer a los ex presidentes de lugares donde seguir desarrollando su actividad, además de darles dinero para sus viajes. Pero en el caso de Richard Nixon se ha presentado un pequeño problema: pide un local que tenga algo más de 2.000 metros cuadrados, lo que costaría a los contribuyentes norteamericanos unos catorce millones de pesetas. Para economizar, la mencionada Administración de Servicios Generales descarta aquellos inmuebles «de primera clase», con aire acondicionado, que se le ofrecen al ex presidente en el centro de Manhattan.

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