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Entrevista:

"América Latina ha salido del túnel en que entró con la caída de Salvador Allende"

Francisco G. Basterra

Pregunta. Después de haber estado en la guerrilla en los años sesenta, ¿cuál es su posición política actual?Respuesta. Depende mucho del lugar donde estoy fisicamente. Si la política es una respuesta al espacio-tiempo, entonces depende del espacio en que me encuentro, en Europa soy partidario de la unión de la izquierda y de una vía que pudiera llamarse socialdemócrata, con bastantes comillas y en abstracto. Cuando estoy en un país dominado por el imperialismo, estoy a favor de las formas de lucha más radicales, dentro de un contexto de unidad. Expresé mi posición política en la carta abierta a los comunistas franceses, y en cuanto a Latinoamérica, traté de hacer un balance crítico en La crítica de las armas de las experiencias de lucha armada que me había tocado conocer. Ahora estoy en Cuba para tratar de entender la llamada crisis de la no alineación y cómo se van a plantear las alternativas en esta cumbre.

P. ¿Cómo enjuicia la situación actual en Latino américa, comparada con la que usted vivió más de cerca? ¿Cree en la posibilidad de cambios sustanciales en las dictaduras del Cono Sur, Chile y Argentina?

R. En América Latina se ha salido del túnel en el que se entró en 1973 con la caída de Salvador Allende, y seémpieza a ver alguna luz. No creo que las dictaduras renuncien por sí mismas a su dominación terrorista en el Cono Sur. Pero hay que contar con otro factor, que es la presencia norteamericana, que está buscando un modelo pacífico de salida de la crisis que respete las bases de la dominación capitalista. Esto puede provocar contradicciones entre los regímenes militares y la política exterior norteam ericana. En América Central está planteada una lucha armada política. En otras partes quizá sea una lucha política armada donde la acción militar esté subordinada a unapolíti ca de alianzas y de trabajo de masas; creo que las perspectivas son buenas. Tengo, en fin, un juicio matizado, pero optimista.

P. ¿Piensa en la posibilidad de nuevas Nicaraguas?

R. No creo en una repetición mecánica de lo de Nicaragua en otras partes, pero Nicaragua viene a darle un aire de juventud a los años ochenta y a confirmar algunas ideas un poco olvidadas. No sólo confirma que «el pueblo unido jamás será vencido », de Chile, sino que queda claro también, como dice Daniel Ortega, miembro de la Junta de Gobierno nicaragüense «el pueblo armado jamás será aplastado». Se ha vuelto a descubrir una cierta esencialidad de la teoría revolucionaria: la necesidad de reemplazar a las fuerzas armadas como núcleo determinante de poder, mediante la construcción de otras fuerzas armadas de significado contrario. En este sentido creo que no hay una diferencia sustancial entre lo de Nicaragua y lo de Cuba, en cuanto al proceso insurreccional.

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¿Democracia burguesa?

P. ¿Cree que va a ser posible seguir manteniendo la unidad en la dirección de Nicaragua entre las fuerzas marxistas y las burguesas? ¿No piensa que esta alianza circunstancial puede saltar en cualquier momento?R. No, de ningún modo, creo que hay una alianza seria, sincera, sellada en un programa único entre la dirección político-militar del Frente Sandinista y los otros sectores representados en la Junta de Gobierno. No hay"dos programas enfrentados, sino uno solo: la reconstrucción nacional. Ahora se plantean tareas eminentemente patrióticas, enlazadas evidentemente con un proyecto socialista, pero el énfasis está colocado sobre la reconstrucción física del país. Creo que ningún ciudadano no contaminado -como dicen los nicaragüenses- puede objetar a las metas que se fijó el FSLN. Uno de los dirigentes de la tendencia proletaria del Frente me dijo que ellos iban a cumplir los acuerdos con la burguesía democrática. Sin em-bargo, es evidente que a mayor ayuda al proceso de reconstrucción y menor aislamiento diplomático, más posibilidades habrá de prolongar este frente nacional y popular. Aunque en ciertos sectores se detecta cierta impaciencia, no he notado en rnoderados y radicalesperjuicios, temores o cálculos previos.

P. ¿Un sistema democrático pluralista podrá realizar en Nicaragua los necesarios cambios estructurales o, por el contrario, será necesario para ello suprimir las libertades «burguesas»?

R. Por el momento, en Nicaragua no hay democracia burguesa. En segundo lugar, no es cualquier país centroamericano. Somoza había inventado una especie de Estado militar o patrimonial, que lesionaba a los mismos intereses de la burguesía nacional. Somoza, finalmente, fue el mejor sandinista, el que precipitó la agrupación de todos los sectores civiles alrededor del sandinismo. Quizá no sea el caso de El Salvador o Guatemala, donde existen bloques oligárquicos más fuertes, pero no veo contradicción de intereses en esta etapa entre los empresarios privados con sentido patriótico y las masas populares, que no están todavía organizadas como partido. Todo depende también de la conducta del adversario. Si Nicaragua es agredida por el imperialismo norteamericano, se producirá una radicalización. La política es un juego de dos, y uno no escoge, elige de acuerdo con las posibilidades que se le ofrecen. En este sentido depende de la comunidad capitalista internacional el no cortar los créditos, no estrangular el proceso, y de la evolución interior de la política de Estados Unidos, pero esto es difícil de pronosticar, al menos hasta después de las elecciones presidenciales de 1980.

P. Usted conoce a fondo este país. A los veinte años de la victoria de Fidel Castro, ¿esta es la Cuba posible? ¿Debería o podría haber tomado otro camino la revolución?

R. Objetivamente creo que no, que no pudo ir a otro lado, salvo con un costo social elevadísimo, que hubiera significado la liquidación de las conquistas revolucionarias. Creo que emprendió el únicocamino posible, dadas las circunstancias históricas y geográficas que rodearon a la isla desde 1961. Es muy fácil emitir juicios críticos desde fuera sin tener en cuenta Ia lógica interna de los fenómenos y el tremendopeso de las condiciones históricas, económicas y políticas en las que este pueblo tuvo que sobrevivir. No me alisto en la lista de los intelectuales europeos que se convierten en jueces de todos los procesos sin ser parte de ninguno.

P. ¿Cree que el proceso cubano, por su propia naturaleza, está ya congelado y ha alcanzado sus propios límites, o el sistema puede dar más de sí?

R. Pienso que el proceso, de cualquier forma, es irreversible. Esta es una sociedad que puede conocer cambios internos, pero no cambios sustantivos, salvo catástrofe termonuclear mundial. Tenemos un juicio europeo sobre Cuba y trasladamos el tipo de sociedad que hay- aquí a nuestros países, y nos choca. Si vemos a la Cuba de hoy con los ojos de -la Cuba de ayer, entenderemos históricamente mucho mejor las cosas. No creo que haya una transferencia de modelos sociales, como hay una transferencia de tecnología, ni es posible ni deseable el calco de la realidad cubana por otras. Nicaragua no será una nueva Cuba, se encuentra ante un mundo muy distinto al de hace veinte aflos, y hasta el momento la revolución nicaragüense ha concitado simpatías, no antipatías.

P. ¿Piensa que una nueva política norteamericana, con un levantamiento gradual del bloqueo a la isla, podría incidir en la situación interna de Cuba y disminuir su dependencia de la Unión Soviética?

R. El levantamiento del bloqueo comercial haría, sin duda, la vida cotidiana más fácil, sin embargo, creo que Cuba ya no va a alterar sus vínculos con el campo socialista; pensar en la posibilidad de relajar estos vínculos es utópico. Son vínculos conscientes y voluntariamente asumidos, y no creo que el simple cambio político en Estados Unidos, dentro del sistema imperialista, pudiera ser lo suficientemente serio como para hacer Cambiar de rumbo a esta revolución.

Dominación política en Europa

P. En Europa, la crisis económica y la inseguridad que provoca en la población está produciendo una reconstitución de la derecha, que gana terreno a la izquierda, sobre todo a la socialdemocracia y también al comunismo. Usted, como francés, ¿cómo ve esta cuestión?R. En Europa no están planteadas formas de lucha radical, porque no está planteada una situación revolucionaria. Lo que se plantea es tratar de limitar los efectos de la crisis económica sobre una base reformista. No creo que se pueda pasar de esto. Se está inven tando en Europa una nueva forma de dominación política, que es, a la vez, muy sutil y muy total, no tota litaria, en sus efectos: la creación de un consenso a través de un en cuadre informativo e ideológico, que, por supuesto, no se crea ¿esde la nada, sino desde la aceptación, del sistema. Este se mantiene por que responde al interés de muchas clases sociales, inclusive las explo tadas: el obrero francés aprovecha, mal que bien, la dominación im perialista de Francia sobre Africa. Esto me llevó a investigar sobre los mass media y el papel de la comunicación social como fórmula benigna y eficaz de dominación política. Uno tiene a MacLuhan a la derecha y a Marx a la izquierda, y hay que ver si los dos se pueden encontrar, y me parece que sí.

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