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Malas perspectivas para la economía británica en el próximo año

El próximo año tiene todas las trazas de convertirse en un año negro para la economía británica.Según un estudio publicado por el Instituto Nacional de Estudios Económicos, Gran Bretaña tendrá que hacer frente el próximo año a los siguientes factores negativos en su economía: el desempleo alcanzará la cifra de 1.600.000 parados, la tasa de crecimiento será imperceptible, la de inflación se multiplicará casi por dos y la inversión será muy baja.

Las perspectivas a corto plazo no son halagüeñas, sino todo lo contrario, ya que la situación económica se ha agravado, particularmente desde mayo, aunque los salarios mantendrán un crecimiento mayor que los precios.

Para el Instituto de Estudios Económicos, dos son las causas principales de este panorama: la primera, el presupuesto conservador presentado en junio, y la segunda, un crecimiento «inesperadamente rápido» de las importaciones en la primera mitad del año en curso.

Según el estudio, el impacto de las reduciones en los impuestos directos, una de las grandes esperanzas conservadoras para ganarse el apoyo popular a su política, no se espera que tenga «gran efecto» en la mayoría de los contribuyentes.

El Gobierno conservador redujo los impuestos directos del 83 % al 60 %, en las bandas altas, y del 33 % al 30%, en las bajas.

El Instituto critica la decisión gubernamental de establecer un objetivo nominal al recurso monetario del sector privado y añade que las esperanzas de conseguir mayores reducciones en los impuestos directos en el próximo presupuesto son improbabes, a menos que se pongan a la venta más activos públicos y se eleve el recurso monetario del sector privado.

De acuerdo con el estudio, si el Gobierno no cambia su actual política, el crecimiento en términos reales no pasará del 0,5% en 1979 y 1980, al mismo tiempo que predice que el aumento de la productividad en los sectores industriales será muy pequeño.

Para el Instituto, la tasa de inflación año-año, alcanzará un récord del 17% a principios de 1980, para bajar al 11,5% a finales de ese año.

Tanto la primera ministro Margaret Thatcher como el canciller del Exchequer (ministro de Hacienda), sir Geoffrey Howe, han declarado en repetidas ocasiones que el actual Gobierno no trata de conseguir resultados parciales espectaculares por medio de parches demagógicos, sino que su objetivo es conseguir para Gran Bretaña un giro total en la dirección de la economía.

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