Más de 40.000 camboyanos, al borde de la muerte
Casi cuatro semanas después de haber sido expulsados en masa hacia una de las regiones más desheredadas e insalubres de Camboya, se carece de noticias precisas acerca de los 42.000 civiles camboyanos rechazados al otro lado de la frontera por los militares tailandeses, en el extremo norte de la línea divisoria entre los dos países. Circulan los rumores más alarmantes sobre la elevada mortalidad entre estas gentes y se afirma incluso que en estos momentos el número de supervivientes sería sólo de 8.000.
Según dos camboyanos que lograron volver a cruzar la frontera e internarse en Tailandia y que ahora se encuentran en Estados Unidos, cuando fueron expulsados no fue distribuida ninguna ración alimenticia a esas 42.000 personas antes de que los tailandeses les obligasen a regresar a su país. Estas personas, en su mayoría pertenecientes a la etnia chino-khmer, tienen que acampar al cielo raso, bajo las intensas lluvias monzónicas y aislados del mundo. Su alimentación se reduce a hierbas y raíces. Según el testimonio de estos dos camboyanos, cada día mueren decenas de personas, sin que sea posible enterrarlas.
Un grupo de parlamentarios norteamericanos, ante el que han testimoniado los dos fugitivos, lanzó hace días un llamamiento al presidente Carter para que ordenase con toda urgencia una operación de reavituallamiento.
Varias tentativas en este sentido han sido realizadas en los últimos días. Organizaciones privadas han intentado hacer llegar víveres al otro lado de la frontera, pero no han conseguido autorización para hacerlo por parte de las autoridades tailandesas.
