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Fotonoticia:

Neeskens, sí; Núñez, no.

El holandés superviviente del clan que dominó el Barcelona en los últimos años de la era Montal fue el centro de atención de los cientos de miles de aficionados que se lanzaron a la calle para recibir a los campeones de la Recopa. José Luis Núñez no le renovará el contrato a Neeskens porque ha preferido asegurarse la participación en la próxima temporada del extremo del Borussia, Simonssen. Los aficionados blaugrana que vieron a Neeskens luchar denodadamente, con el mismo ímpetu de siempre en la final, consideraron el jueves que se cometía con él una injusticia. Si ya en el Camp Nou se habían producido protestas por este caso, lo del jueves fue épico. Por las calles, en la basílica de la Merced, en el Ayuntamiento, en la Generalidad y en el Camp Nou hubo gritos en favor de Neeskens, que se tornaron en agravio al presidente del club. El «Neeskens, sí; Núñez, no» lo repitieron miles de gargantas. José Luis Núñez ha afirmado que pondrá su cargo a disposición de la asamblea general de socios, por que no puede tolerar que se conteste de esta manera a su gestión. Pese al éxito hay divorcio entre aficionados y directivos. Neeskens no pudo soportar la emoción que le produjo la actitud del público y lloró en repetidas ocasiones. Sus compañeros le consolaron primero y le pasearon en hombros después por el césped.

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