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Israel reitera su "derecho inalienable" a la soberanía sobre Gaza y Cisjordania

La afirmación de que «Israel no aceptará jamás un Estado palestino» y el «derecho inalienable» a la soberanía de Gaza y Cisjordania tras el período de autonomía de cinco años constituyen los principios más destacados del documento de treinta puntos elaborado por el primer ministro, Menahem Begin, presentado al Consejo de Ministros israelí la pasada semana y que ayer comenzó a ser estudiado por un comité restringido compuesto por once ministros.

El citado comité está encargado de elaborar la posición inicial de Israel en las conversaciones con Egipto sobre autonomía de los territorios ocupados, que deberán iniciarse antes del próximo día 25, en Beersheba y concluir antes de un año.Los treinta puntos presentados por Begin reflejan la posición israelí hecha pública en forma de declaración programática de veintiséis puntos en diciembre de 1977, poco después de que el presidente egipcio visitara Jerusalén.

El ministro del Interior, Yosef Burg, preside el citado comité y se negó a hacer comentario alguno a los periodistas tras la reunión y, al parecer, estaba molesto por considerar que había sido prematura la publicación de las propuestas de Begin por la prensa matutina israelí.

Según la emisora de las fuerzas armadas, el ministro de Justicia afirmó en la reunión que algunas de las propuestas del primer ministro podrían resultar ilegales y que Begin, en ese caso, se vería obligado a efectuar algunas modificaciones a su plan. No precisó cuáles eran los puntos dudosos.

Además de los dos puntos señalados más arriba, los aspectos esenciales de este documento son los siguientes:

1. Serán retirados el Gobierno militar y la Administración civil israelíes, cuando se haya establecido un consejo administrativo local, pero las tropas del Ejército israelí continuarán en puestos de seguridad definidos.

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2. El orden público y de seguridad continuará en manos de las autoridades israelíes, incluida la responsabilidad de combatir el terrorismo.

3. Los residentes árabes podrán elegir entre la ciudadanía israelí o jordana y votar y ser elegidos para los respectivos parlamentos nacionales. Los que elijan la ciudadanía israelí podrán comprar tierras en Israel. Los israelíes podrán asimismo comprar tierras en Cisjordania y la franja de Gaza.

4. Cualquier terreno necesario para el Ejército y asentamientos judíos permanecerá bajo control israelí. Las tierras en manos de particulares no serán expropiadas, excepto en el caso de que sean necesarias para servicios públicos, tales como carreteras o funciones puramente militares.

5. La libertad de paso entre el territorio de Israel y la zona bajo autonomía de los pobladores palestinos será total.

Antes de iniciarse el debate entre los once «ministros de la autonomía», los tres del bloque religioso Mafdal consideraron que Israel debe tener también el derecho de expropiar tierras privadas para crear asentamientos judíos en Cisjordania.

El viceprimer ministro, Ygael Iadin, del Partido Democrático, sostuvo que se debe negociar la autonomía con Egipto en base a los documentos de Camp David.

El departamento ideológico del alineamiento laborista de oposición considera «peligroso» este plan, pues cree que la autonomía desembocará finalmente en un Estado palestino independiente «en toda Cisjordania y Gaza», sin dejar a Israel la posibilidad de negociar una «frontera segura» a cambio de parte de esos territorios, que los laboristas devolverían lisa y llanamente para un Estado jordano-palestino.

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