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Elecciones 1979

Divergencias en Coalición Democrática sobre un posible entendimiento con UCD

El posible Gobierno de coalición entre Unión de Centro Democrático (UCD) y Coalición Democrática (CD) se considera prácticamente inviable en fuentes de la máxima solvencia de la propia Coalición, mientras, en una reunión informal con representantes de prensa, Gabriel Camuñas, número dos del Partido Demócrata Progresista (PDP), que capitanea Alfonso Osorio, mantuvo sin titubeos el propósito de su grupo de intentar un pacto de Gobierno con el centro.

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La posibilidad de este entendimiento se descarta por hombres muy próximos a Manuel Fraga, y que juegan un gran papel dentro de la Coalición, por entender que sólo un resultado electoral sorprendente podrá evitar un Gobierno de coalición UCD-PSOE. Desde esa perspectiva intentan montar su estrategia del partido unido -Fraga-Areilza-Osorio- para jugar con fuerza la baza de una derecha clara dentro de año y medio o dos años, plazo que juzgan máximo para la coalición de centro izquierda antes de que se convoquen elecciones.Dentro de Coalición Democrática parecen advertirse claras discrepancias entre los integrantes de los distintos grupos. Mientras se asegura que el entendimiento es cordial y sin problemas, entre los tres líderes -aunque Alfonso Osorio mantenga una postura menos activa, en cuanto a trabajo concreto y dedicación a las tareas de CD-, entre los hombres de segundo y tercer plano se mantiene una clara tensión, especialmente visible entre los responsables de AP, y los PDP; las relaciones con los hombres de ACL son, en cambio, más distendidas.

Ayer se conoció parte del programa de actos públicos que la Coalición prepara para la campaña. Los dos datos más significativos son la relativamente escasa participación de los tres líderes -exclusión hecha de sus intervenciones en Madrid y su provincia, que no se han facilitado-, y la relativamente importante colaboración de Félix Pastor, presidente del partido unido de AP y secretario de facto de la Coalición, junto con Isabel Barroso, de la ejecutiva de AP. La singularidad estriba en que ninguno de los dos son candidatos y se alinean entre los impulsores de la imagen más progresiva de AP.

En la lista que se ha podido conocer, Manuel Fraga tiene doce intervenciones en distintas capitales de provincia; el señor Osorio, siete, y el señor Areilza, seis. Ese número se verá incrementado en su totalidad, ya que, sólo en Madrid, el señor Fraga tiene previstos más de veinte actos electorales.

En cuanto a los resultados electorales, las posiciones que se detectan entre responsables de la Coalición, las posturas son ambiguas. Mientras todos confían en obtener «mejores resultados que el 15-J», nadie se atreve realmente a hacer un pronóstico serio en cuanto a número de escaños.

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La campaña tendrá tres fases: una destinada a ofrecer la imagen de la Coalición Democrática -en este momento parece que no la conocen más allá del 47% de los españoles-, en segundo lugar, la explicación programática y, por fin, la solicitud del voto.

Calculan que contarán con un 30% de vallas, aproximadamente, respecto de las de UCD, y aseguran fuentes de la Coalición que el partido gubernamental ha tratado por todos los medios de copar las máximas posibles para impedir la propaganda de otras formaciones por este sistema.

Respecto de cifras de inversión electoral -y siempre con la seguridad de que las fuentes de los partidos no facilitan datos fiables-, responsables de la Coalición afirman que el presupuesto publicitario se moverá entre los doscientos y los 275 millones de pesetas, y el total de la campaña para las generales puede cifrarse en unos seiscientos millones.

En cuanto a los aspectos económicos, fuentes de la misma CD desmintieron que la deuda electoral de AP haya obstaculizado la formación de un partido unido entre los señores Fraga, Areilza y Osorio. Aseguran también que la deuda bancaria de AP no excede de los doscientos millones de pesetas, cifra que consideran moderada y razonable, a la vez que destacan que todos los proveedores de AP han cobrado hasta la última de sus facturas.

Pese a esta negativa, lo cierto es que los aspectos económicos han podido pesar en las conversaciones con los tres líderes, puesto que, junto a los créditos pendientes de AP, ACL, desde su creación, contrajo también deudas estimables que le permitieron, entre otras cosas, mantener un alto nivel de sueldos entre la casi totalidad del aparato del partido en Madrid, en el que se mantenía la ambigüedad empleados-afiliados, dada la escasa implantación popular del grupo, y que ya generó tensiones laborales dentro del partido en los últimos meses.

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