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El Gobierno Begin aprueba el proyecto de paz con Egipto

Ha sido el propio Menahem Begin y no el secretario del Gobierno, como es habitual, quien leyó a los periodistas el texto del comunicado en el que anunció la aprobación por parte del Consejo de Ministros -con algunas enmiendas- del proyecto de tratado de paz con Egipto, negociado por los ministros de Asuntos Exteriores, Moshe Dayan, y de Defensa, Ezer Weizman.

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Sadat, decidido a firmar el tratado con Israel

El proyecto final que se apruebe en las negociaciones que se reanudan hoy en Washington será sometido a la aprobación definitiva del Gobierno y del Knesseth (Parlamento) de Israel.El primer ministro Begin se aproximó a los micrófonos con paso ágil, como si no hubiese venido de disputar un auténtico maratón de discusiones (diecisiete horas en total) que dejaron visibles huellas de agotamiento en la mayor parte de los ministros.

«Señores, tengo buenas noticias para ustedes», dijo a los periodistas antes de iniciar su breve alocución. «Nada mejor que la victoria para rejuvenecer las arterias y para restaurar las fuerzas desfallecientes» afirmó, en un aparte, un ministro en vista del gesto radiante de Begin.

El primer ministro tenía todos los motivos para mostrarse satisfecho: quince ministros votaron a favor del proyecto de tratado y dos se abstuvieron. No hubo ningún voto en contra. Sin embargo, la oposición feroz de los ministros Sharon (del Likud), Landau (Likud) y Hammer (Partido Nacional Religioso) al proyecto de tratado presentado por Dayan y Weizman era de dominío común y ellos mismos se habían encargado de proclamar, a quien quisiera escucharlos, su intención de votar contra un texto «lleno de peligros para el Estado Judío». No sólo no votaron en contra, sino que ni siquiera se abstuvieron y aprobaron el proyecto de tratado.

Este cambio de última hora ha sido debido a las enmiendas in troducidas por el primer ministro en el preámbulo del tratado, re lativo a los vínculos entre el tratado de paz y los esfuerzos que deben ser desplegados para solu cionar la cuestión palestina en Gaza y Cisiordania. Las correcciones de Begin transforman el «vínculo orgánico», pedido por Sadat, en simple deseo, lo cual no supone ningún compromiso para las dos partes firmantes y reduce la, cuestión palestina a un simple voto piadoso.

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Entre el riesgo y la seguridad

Los observadores políticos de Jerusalén se preguntan ahora si las satisfacciones obtenidas por los ministros Sharon, Landau y Hammer suponen un riesgo que puede costar caro, hasta el punto de comprometer la continuación de las conversaciones. El aspecto preocupado del ministro de Defensa, Ezer Weizman, que se negó a emitir ningún comentario a la salida del Consejo de Ministros, no era un buen augurio en este sentido.

Sin embargo, la serenidad parece haber vuelto a la presidencia del Consejo de Ministros. Begin está seguro ahora, según ha sido afirmado a este periódico, de la rápida conclusión de las negociaciones. Se rumorea, incluso, en Jerusalén que el propio presidente egipcio, Anual el Sadat, habría hecho saber directamente a Begin que desearía una acele ración del proceso negociador entablado en Washington.

Sadat quiere terminar las conversaciones, si es posible, antes del 2 de noviembre, fecha del comlenzo de la cumbre árabe de Bagdad. con el fin de colocar a sus adversarios ante un hecho consumado. De esta manera, la debilidad de Sadat hace la fuerza de Begin.

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