_
_
_
_

Tranquilidad y gran participación la verbena de Malasaña

La primera verbena de las tradicionales fiestas de Malasaña empezó a las 7.30 de la tarde de ayer, con hora y media de retraso sobre el horario previsto. El ambiente, como en años anteriores era altamente festivo. Varios cientos de jóvenes esperaban en la plaza del Dos de Mayo a que los músicos se decidieran a utilizar sus instrumentos

Una vez que la música empezó a sonar, niños, familias e incluso ancianos del barrio junto a la gente joven, procedente de otras zonas de la ciudad algunos de ellos, empezaron a bailar en grandes corros.La presentación de la verbena corrió a cargo del presidente de la Unión de Vecinos, Antonio Murcia, y de la presidenta de la Asociación de Amas de Casa; entidades responsables del programa de festejos al que pertenece la verbena de ayer.

La presidenta de las amas de casa se dirigió a la gente que llenaba la plaza en un tono de advertencia y actitud que sorprendió a muchos de los presentes. Pidió que la gente se limitara a bailar en, la plaza, pero que tuviera mucho cuidado con salirse del recinto de ésta y no crear ningún tipo de problema. Recordó después los incidentes ocurridos el pasado año -algunos heridos y numerosos detenidos - y advirtió que si la verbena resultaba conflictiva, los bailes serían suspendidos automáticamente

Respecto a la vigilancia policial, cuatro coches se encontraban situados en la misma plaza del Dos de Mayo para controlar de cerca las posibles alteraciones

No obstante, y en principio, no parecía previsible que a lo largo de la verbena fuera a desarrollarse cualquier tipo de incidente. El afán de diversión era la nota predominante entre todos los asistentes. La mayoría de la gente lucía extraños disfraces y divertidos maquillajes. Muchos de los jóvenes iban vestidos con trajes femeninos. Las señoras musulmanas, las de principios de siglo o las de vida alegre eran las más imitadas. Algunos despistados se daban en la plaza los últimos toques necesarios para jugar a hacer otro u otra. Las botellas de vino y los porros tampoco estaban ausentes de la fiesta. Las mil caras diferentes y los alegres bailoteos hacían posible que también este año las fiestas de Malasaña presentaran ese colorido diferente y especial que hace que el barrio sea especialmente peculiar respecto a otras zonas madrileñas.

Las entidades ciudadanas de la zona, teóricamente responsables de los festejos y portadoras de la voluntad de los vecinos, no han podido evitar que las fiestas del Dos de Mayo en Malasaña se presenten este año como la gran manifestación joven que viene siendo durante los últimos años. Las disputas internas entre el PCE y el PTE por el control de la asociación vecinal no parecen importar mucho, a la gente que vive o es habitual en Malasaña. En frase muy usada por la zona, podría decirse que aquí el vecino medio pasa de asociacíón.

Ayer, la verbena estaba organizada por esa nueva entildad llamada, Unión General de Vecinos, producto del desplazamiento sufrido por el PTE en la asociación, pero durante la noche del lunes los vecinos querían baile, y hubo baile.

Hacia las once de la noche, con una guitarra y un tambor como todo apoyo musical, más de trescientas personas bailaban todo tipo de canciones en la plaza.

Hacia la una y media de la madrugada la policía disolvió a las personas que aún quedaban en la plaza tras hacer explósión un petardo con un par de botes de humo. Poco antes habían comenzado la rotura de botellas y los conatos de enfrentamiento con la fuerza pública.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_