_
_
_
_
_

El Barcelona ganó la Copa a balón parado

El Barcelona ganó con toda justicia el título de Copa, pero sin jugar un gran partido. Marcó todos sus goles a balón parado y quizá por eso ni intentó elaborar jugadas. Las lesiones de Neeskens y Olmo, además. le volvieron aún más conservador frente a una Unión Deportiva Las Palmas decepcionante y premiosa en su quehacer. Los canarios, que no se recuperaron durante la primera parte del buen marcaje que realizó Olmo sobre Brindisi -pese al gol del argentino- tampoco supieron abrir debidamente el fútbol por las alas -entre otras cosas porque no las tuvieron- y la defensa del Barcelona, en la que Migueli anuló a Morete, se mostró siempre muy segura. Tras el penalti, que el árbitro dudó de forma absurda en señalar, la dureza se enseñoreó por el campo y sólo por eso se mantuvo la emoción. En la segunda parte el partido decayó en interés por momentos, pues se vio pronto que el equipo canario iba a ser incapaz de marcar. Sólo Morete tuvo una ocasión, en fallo de De la Cruz La final de Copa 77-78, tal vez influida por el escaso ambiente reinante en comparación con ocasiones anteriores, fue una decepción confirmada. El favorito era el Barcelona y el Barcelona ganó, pero el partido tuvo bien poco tiempo de igualdad para darle alo de alegría. Michels sorprendió de salida a todos con la alineación de Neeskens en el lugar habitual de Olmo, como defensa libre, y dedicó a éste a vigilar a Brindisi. El centro del campo se pobló así de cuatro parejas, pues Cruyff tampoco brilló en esta ocasión como atacante, al estar ya delante Rexach, Esteban y Fortes, a los que marcaron Hernández, Roque y Gerardo. respectivamente. Las parejas centrocampistas fueron Asensi-Noly, Félix-Cruyff, Zuviría-Jorge y la citada Olmo-Brindisi.

Más información
La Federación, cero

El Barcelona inició el partido con un dominio posicional. fruto más que nada de la sorpresa canaria al no tener ordenador, anulado Brindisi por Olmo, y no necesitó hacer ningún esfuerzo suplementario para adelantarse en el marcador. Simplemente aprovechó un contraataque cuando Las Palmas empezaba a sacudirse el ligero dominio. El penalti fue un ejemplo de que la defensa canaria se iba a mostrar imprecisa en muchos instantes. Realmente. el Barcelona logró sus dos goles restantes -el primero de ellos poco después- a balón parado. pero es que no forzó nunca la máquina. El gol de Brindisi fue una genialidad, a la que contestó rápidamente Rexach, y ya con 3-1 en el marcador otro fallo defensivo amarillo permitló a Esteban disparar al poste izquierdo. Faltaba un minuto para el descanso y hubiese podido ser la puntilla de la final.

De todas maneras, la segunda parte sobró. Aunque Neeskens ya se había marchado y Olmo hubo de dejar su puesto de defensa libre -que ocupó sólo por breves momentos- a Cruyff. las bajas no afectaron al Barcelona. El Las Palmas siguió empeñado en jugar por el centro, y a lo más que llegó fue a un tiro de Morete, tras fallo de De la Cruz. La entrada de Rivero, otro hombre punta, por Félix, fue el último cartucho de Muñoz, pero tampoco le sirvió. El Barcelona, ya había sin correr siquiera, mandó ganado el siempre. En realidad había ganado el título a balón parado.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_