Aprobada la ley antiterrorista en Alemania Federal
El Parlamente, de la República Federal de Alemania ha aprobado definitivamente la ley Antiterrorismo por 252 votos social-liberales contra 243 democristianos. Esta vez, los cuatro «disidentes» que se manifestaron contra el mismo proyecto en la votación de febrero han unido sus sufragios a los de la mayoría.Con ello se ha llegado al objetivo que se pretendía -la aprobación de una ley más que discutida- dejando a salvo la conciencia individual de los cuatro escrupulosos socialdemócratas: esta vez no se trataba directamente de aprobar la ley, sino de rechazar el dictamen del Bundesrat, que considera la nueva ley como excesivamente benigna.
De la benignidad de la nueva norma -ley de razias, según el argot popular- han juzgado los mismos que antes la criticaron y ahora la han respaldado so protexto de responder al Bundesrat. Uno de los disidentes ya recuperados a la hora de la votación, Heinz Hansen, ha declarado ante el Parlamento: «Seguimos considerando esta nueva normativa como equivocada y peligrosa. Todas las experiencias indican que las alteraciones legislativas para. la lucha contra el terrorismo son inoperantes.»
Otro ex disidente del SPD, Lattmann, ha sido aún más incisivo: «una democracia muere no por falta de leyes, sino por falta de demócratas».
Este es el temor de los sectores más combativos de la RFA, a raíz de la entrada en vigor de la ley Antiterrorismo, prevista para la próxima semana. La nueva norma prevé los siguientes procedimientos: los supuestos terroristas sólo podrán hablar con sus abogados a través de una tela metálica montada en los locutorios de las cárceles. A partir de ahora, la sospecha de simpatizante a que dé lugar un abogado puede ser causa definitiva de exclusión de un proceso. En el caso de que la policía proceda a practicar una redada, podrá montar barricadas en las calles y detener el tráfico rodado o peatonal. También podrá registrar barriadas o edificios sin previo mandamiento judicial siempre que abrigue sospechas de que en ellos puede ocultarse un supuesto activista.
