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Los británicos pagarán menos impuestos

Nada interesa hoy tanto a los británicos como conocer los pormenores del presupuesto nacional, que esta tarde serán desvelados ante el Parlamento por el ministro de Hacienda, en un mensaje de solemnidad tradicional y que por vez primera será retransmitido por radio a todo el país. El discurso del señor Denis Healey es especialmente importante porque los ingleses esperan el anuncio oficial de que van a pagar menos impuestos.

En su mensaje del Budget Day -tradicionalmente a comienzos de abril y una de las fechas claves del calendario político-, el canciller del Exchequer revisa las condiciones económicas y los gastos estatales durante el año previo, hace previsiones para el ejercicio financiero en curso y anuncia, si las hay, las modificaciones de los baremos impositivos. La expectación de hoy deriva de que por vez primera en seis años el índice de inflación se puede expresar en una sola cifra, lo que, unido a los beneficios del petróleo del mar del Norte, permite esperar una reforma de la estructura fiscal por la que ciudadanos y partidos han venido clamando.Cuatro puntos fiscales han dominado las discusiones del equipo económico que ha preparado el presupuesto: la disminución del porcentaje básico sobre el que se gravan todos los ingresos, ahora establecido en el 34%; una reducción de los tipos impositivos más altos, que llegan hasta el 83%; el incremento de las exenciones personales, y, finalmente, la disminución del porcentaje exigible sobre las primeras mil libras de ingresos anuales sujetas a impuestos.

La opinión general es que, manejando estas cuatro variables, el Gobierno no irá más allá de una reducción que supere los 2.000 ó 2.500 millones de libras, a pesar de que los sindicatos y el Partido Liberal han presionado hasta el último momento para conseguir un estímulo neto de la economía cifrado en por lo menos 4.000 millones. En conjunto, se espera que el señor Healey recorte moderadamente los impuestos indirectos, aumente las exenciones personales, y reduzca las «bandas» más altas del espectro fiscal, pero todo ello de manera moderada. El canciller del Exchequer tampoco quiere oír hablar de una elevación sustancial del gasto público y las partidas a ello destinadas se concentrarán en la seguridad social, la creación de nuevos puestos de trabajo, la subvención para alimentos escolares.

Por lo que se refiere a la imposición indirecta, los consumidores ya están preparados a pagar más caro el alcohol y los cigarrillos y quizá, aunque menos seguro, la gasolina. Si estas previsiones se confirman hoy, el señor Healey habrá dejado abonado el terreno para contener las próximas reivindicaciones salariales en una sola cifra, en línea con la tasa de inflación vigente.

Apoyo liberal

Denis Healey ha descartado las demandas liberales para una reducción impositiva mucho más amplia, a pesar de que el partido gobernante necesita los trece votos de esta formación minoritaria para sacar adelante su presupuesto, que comienza a debatirse mañana mismo en los Comunes.Callaghan y David Steel tienen como primer interés común a corto plazo el de evitar unas elecciones anticipadas este verano; elecciones que si se ven como un suicidio político desde el lado liberal, producen pánico en el bando del Gobierno, porque lo que está en juego es el poder. El laborismo empieza a considerar la victoria en las próximas elecciones generales casi como una garantía de permanencia en el puente de mando durante los próximos diez años, al abrigo de una situación económica previsiblemente estabilizada por el flujo del petróleo escocés.

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El presupuesto de hoy, de otra parte, es casi con seguridad el último que presentará el señor Denis Healey, quien con más de cuatro anos en el cargo está próximo a batir la marca de permanencia de los ministros de Hacienda británicos.

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