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El público del Bernabéu no es autonomista

Había gente que se había creído que esta vez desde Madrid se iban a apoyar las autonomías. El domingo en el Bernabéu se registró la mayor pita de la temporada por el simple hecho de que el Valencia saliera al campo vestido con los colores de la senyera de su ciudad. Al público del Bernabéu le sentaron mal las barras rojas y amarillas. Debió ser, digo yo, porque los madridistas se olvidaron de que en su escudo está el color morado de Castilla. No quiero pensar la que se va a armar cuando llegue el Betis con su habitual uniforme verdiblanco. La silbatina al Valencia vino muy bien. Sobre todo para que todos sepamos a qué atenernos.

Hace unos años el Valencia optó por escoger como segundo uniforme la senyera. La idea no cuajó entonces, sobre todo, porque hubo algunos que consideraron una frivolidad usar los colores de una enseña tan respetable. Se olvidó el tema un tiempo y mientras tanto se recurrió en ocasiones auténticos disfraces. Una vez vino al Bernabéu vestido de naranja. Ahora parece que los socios han pedido la vuelta a colores tan representativo y la directiva ha tomado en cuenta el asunto. En Valencia ha habido grande polémicas,a costa de la senyera Sobre todo porque algunos, cuan do la ven sin la franja azul la consideran como un símbolo catalanista y no valenciano. El problema de la discusión es bien simple; la bandera del País Valenciá es la de barras rojas sobre fondo amarillo y las de las ciudades de Valencia azul como consecuencia de sendos privilegios de Pedro el Ceremonioso. Por tanto el Valencia no vistió el domingo la senyera de todos los valencianos, sino la de los valentinos.Tengo la impresión de que se avecina una campana, alguien tendrá interés en orquestarla, en contra de las regionalizaciones de los uniformes de los clubs de fútbol. Estarán a favor los mismos que no le pararon a pensar que era favorecer el nacimiento de,oligarcas del fútbol cuando se consentía cambiar los nombres de los campos para poner los de los presidentes de los clubs. Lo curioso es que los defensores de este sistema apenas dijeron nada cuando al Barcelona le prohibieron que diera el nombre de Juan Gamper, fundador de la entidad, al Camp Nou.Bernabéu, Luis Casanova, Benito Villamarín, Carlos Tartiere, Sánchez Pizjuán.y Calderón, son ejemplos de una época muy peculiar. Tan peculiar que justamente con la desaparición de Chamartín, Mestalla "' Heliópolis, Buenavista y Nervión, hicieron acto de presencia en el futbol nacional una serie de nombres cuya gestión no pudo ser más nefasta. Por otra parte el fútbol español ha estado mezclado, aunque indirectamente, con los casos más sonados de los escándalos financieros de la tecnocracia del viejo régimen; Vila Reyes, presidente del Español, Matesa; Alonso Fariñas, presidente del Celta, Reace, y Rodríguez López, presidente del Málaga, Confecciones Gibraltar.Desgraciadamente han sido muchos los presidentes que han buscado en el fútbol la catapulta social que necesitaban, y así, fortunas amasadas en muy pocos años con los negocios de la época, tenido a través del deporte el refrendo de las condecoraciones sociales. Uno de los pocos hombres que del fútbol no han obtenido fortuna personal, ni ha favorecido la de sus familiares, ha sido Santiago Bernabéu. Si Bernabéu consiguió cemento para su estadio cuando escaseaba, no sacó de él un duro y con los terrenos de alrededores pudo haber hecho gran negocio y renunció. Y lo dijo porque es justo aclararlo y para evitar malentendidos. Seguramente por eso, cuando el domingo, apareció en el palco, el público volvió a dedicarle sus aplausos. Los defectos de Bernabéu han sido otro tipo, pero todos, en definitiva puestos al servicio de otros.

Derrotado el Barcelona en Salamanca, el Madrid ha recuperado liderazgo, pero quien va a ser noticia esta semana es el Atlético. Luego vuelve a ser cuestionado. En el hay quien tiene inferés en fichar Heriberto Herrera. Si tal suceder que se diga a través de quien trata y qué porcentaje se lleva. Un club como el Atlético, digo yo, debe necesitar intermediarios para estos trámites.

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