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Robi, duda hasta el último momento

En Sofía no nevó ayer, pero el frío fue enorme. El viento que soplaba en el estadio nacional Vasil Levski, a las cinco y media de la tarde, hora del último y-suave entrenamiento atlético, era un auténtico cuchillo. Hoy, a esa misma hora, el cuadro rojiblanco intentará conseguir un buen resultado ante el Levski Spartak, en el partido de ida de su eliminatoria de cuartos de final de la Recopa europea. Robi, al que se le hará una prueba esta misma mañana, es la única duda del equipo de Luis, con respecto al que ha jugado habitualmente en los últimos encuentros. En el Levski, donde parece lesionado su figura Panov, el entrenador Spassov ha ocultado la presencia -por otro lado casi segura- de Borissov, un hombre también fundamental de medio campo, punto clave donde se desarrollará el encuentro.

En efecto, Luis está convencido de que ahí residirá la base del partido y por eso tratará de recuperar a Robi en el último momento. Si pudiera jugar, descansaría Alberto, demasiado fatigado en opinión de su entrenador después de tanto compromiso seguido. Le sustituiría Salcedo. En caso de no estar Robi en condiciones, cosa que parece probable, pues no se entrenó con sus compañeros ayer, el centro del campo estaría integrado por Leal, Salcedo y Alberto.Por lo demás, ningún problema en el Atlético, pues Pereira está prácticamente recuperado y también Bermejo, como Marcelino y Salcedo, de sus golpes. La nieve asustó más el lunes, a la llegada, que ayer, ya que incluso lució el sol, pese al frío glacial, y en el campo no ha dejado apenas huellas. Está algo pesado, pero más que el resbalar, su problema principal serán los agujeros.

El desconocido Levski

De todas formas, lo que quizá más interese de esta crónica sea escrutar algo en el casi desconocido Levski Spartak. En Bulgaria el deporte depende de la Unión Búlgara de la Cultura Física y el Deporte. M. Antonov, uno de los seis vicepresidentes del bureau ejecutivo, dijo ayer en su despacho que el deporte está centralizado y unificado, a diferencia de lo que sucede en España. De ahí que si el Levski Spartak, uno de los equipos importantes de la capital, aunque representa al Ministerio del Interior, tiene ante la Unión la mismas obligaciones y dependencias que los demás equipos búlgaros.

Vasil Levski, que da nombre al estadio nacional donde se jugará esta tarde el partido, héroe del país, es el denominado «apóstol de la libertad» en Bulgaria. Nacido a principios del siglo XV, murió en la lucha que su pueblo todavía mantendría cuatro siglos contra la dominación turca, terminada en 1879 con la ayuda del zar Alejandro. El estadio tiene una capacidad para 85.000 espectadores y cuenta con cuatro torres para la iluminación artificial. Indudablemente, aunque el tiempo haya mejorado, ayer por la tarde amenazaba nevar otra vez, y siempre es una garantía en caso de que se repita hoy un día infernal, como el del lunes. El recuerdo de Polonia cuando nadie vio nada en los últimos minutos del partido del Madrid, está en la mente de todos con la mayor de las lógicas. A fin de cuentas en Bulgaria oscurece a partir de las cuatro de la tarde y el partido, haga o no buen tiempo, terminará de noche cerrada.

El Levski se concentró desde el domingo en una especie de residencia del Ministerio del Interior, a unos cuantos kilómetros de la capital. El secreto del sumario levskiano ha sido tan elocuente en esta nueva ocasión como suele serlo en cada visita realizada a los países socialistas. A Adelardo, que llevaba en Sofía una semana y a Peiró, espías ambos de turno, se les han dado muchas informaciones, pero equívocas como ayer comprobamos. Desde luego, eso sí, siempre con la cortesía presente, algo que nunca falta entre los búlgaros, amables por naturaleza.

En el propio campo, mientras observaba ayer el entrenamiento atlético, el entrenador Spassov facilitó esta alineación: Staykov; Grantcharo, Ivkov, Aladjov, Tichanski; Voinov, Iordanov, Milanov, Zvetkov, Spassov y Barzov. Respecto al equipo habitual y al que empató el sábado pasado en Marrek, localidad situada a ochenta kilómetros de la capital, demasiados cambios. En la defensa, por ejemplo, jugó ese día Paulov en lugar de Tichanski, que parece estar en peor forma según los periodistas de aquí. Lo que no se sabe es si Grantcharo saldrá hoy de lateral o de marcador, pues el sábado lo hizo Paulov en la banda. Los que sí parecen seguros son el capitán y hombre libre, lvkov, y el lateral izquierdo B arzov.

Las dudas mayores, con todo, y que quizá no se despejen hasta momentos antes del encuentro por aquello del absurdo de despistar, residen en el medio campo y en la delantera. La última noticia es que no jugará Panov, la figura, aunque Luis hizo un gesto muy significativo cuando se lo comentamos. Adelardo vio como sufría dos o tres entradas fuertes en el último partido, pero lo jugó entero. Si se confirma su baja, su sustituto sería Voinov. A partir de ahí la duda ya es total. Según el comentarista de la televisión búlgara, el, centro del campo lo formarán Barzov, Borisov y Voinov, y la delantera, Iordanov, Milanov y Spassov. Es lo normal. Pero hay una sensible diferencia con la alineación dada por el entrenador del Levski. Este dio Zvetkov, un hombre que jugó medio tiempo ante el Marrek en lugar de Spassov, por Borisov, autor del gol ese día, peligrosísimo, hábil y rápido. Parece claramente una estrategema infantil. Sería absurdo que el Levski sacrificara precisamente a otro hombre de medio campo, además de Panov, cuando ahí puede estar la base de su juego. Vorisov veremos que jugará al final, y habrá que esperar quizá también a Panov para perfilar el 4-3-3 de rigor.

Desventajas

Comentan por aquí la curiosidad de que, tanto el año pasado como éste, el Levski le haya correspondido jugar en cuartos de final en las competiciones europeas con equipos españoles. Entonces fue el Barcelona que ganó 4-0 en el Camp Nou, y perdió por un apretado 5-4 en Sofía, tras una tarde de goles para todos los gustos. En ésta ocasión la diferencia es que se juega primero en terreno búlgaro, aunque la, preocupación local es la misma.

Otra desventaja del Levski es su falta de puesta a punto, ya que sólo ha jugado el partido del pasado sábado tras la reanudación de su Liga. Eliminó anterior mente al Lokomotiv de Blagoevrad, un flojo rival, en sendos partidos de Copa, y también se «rodó» algo al ganar seis partidos en una gira realizada por Asia, durante el paréntesis obligado -y en teoría terminado- de las nieves. La que nos recibió el lunes fue totalmente inesperada, y los búlgaros la achacan a que empezaba marzo, mes veleidoso en todos los sentidos. Lo único que sí parece seguro es el lleno a la hora del encuentro. Que no será a las cinco, sino a las cinco y media (cuatro y media hora española).

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