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Reportaje:

La "Marietta" no es un arma reglamentaria en España

En la noche del 24 de enero de 1977 dos Mariettas vomitaron fuego en un despacho laborista madrileño. Dos pistoleros asesinaron a cuatro abogados y a un axiliar de despacho e hirieron a tres abogados más. Las Mariettas comenzaban a cobrar especial importancia en el revuelto ovillo de atentados que se inició el 11 de diciembre de 1976 con el secuestro de Oriol.Marietta es el apodo por el que se conoce a las metralletas Ingram, de fabricación norteamericana, debido precisamente, al nombre -Marietta- de la ciudad de Georgia (USA) donde fueron producidas.

A raíz del secuestro de Antonio María de Oriol, la agencia norteamericana Associated Press difundió la noticia de que las armas empleadas por los autores, un comando de los GRAPO, eran Mariettas. El dato no ha sido ni confirmado por fuentes oficiales españolas.

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La matanza llevada a cabo en el despacho laborista ponía de relieve el tipo de arma empleada, el modelo M-10 de la citada Ingram.

Las agencias informativas nacionales señalaron que dicha arma tan sólo era utilizada por algunos servicios secretos y que en España resultaba prácticamente desconocida.

Así lo recogía el diario francés Le Monde, el día 29 de enero, quien añadía: «Sin embargo, la Guardia Civil conoce la metralleta Marietta, pues ha requisado varios ejemplares en depósitos de armas de ETA en el País Vasco».

Un portavoz de ETA declaró a EL PAIS, en este sentido, que «en efecto, la Guardia Civil les había intervenido Mariettas en diversas ocasiones». El mismo portavoz precisó, sobre las características de tal arma, que ETA «le practicaba algunas modificaciones para su más fácil manejo» y que ETA «las conocía desde hace un par de años, aproximadamente, resultándole útiles por su reducido tamaño y ligereza de peso, muy cómodas de llevar debajo de una gabardina u otra prenda holgada». Respecto al modo de conseguir las Mariettas en España, dicho portavoz manifestó que resultaba prácticamente imposible. «Las Mariettas -explicó- son muy conocidas en todos los países de Europa occidental, menos en España. Para conseguirlas en el extrajero hay que tener buenos contactos».

El domingo 30 de enero, tres inspectores de Policía resultaban heridos, en Bilbao, al dispararse fortuitamente una Ingram M, 10 Marietta con la que manipulaban en un despacho de sus oficinas.

Con este motivo, el jefe superior de Policía de Bilbao, Julián Gil, declaró al vespertino Informaciones, el día 2, de febrero, que «los policías armados de esta provincia utilizan de modo habitual, cuando las circunstancias lo requieren, la metralleta de la marca Marietta y el uso de este tipo de arma no es exclusivo de la policía bilbaína, sino que, en otros destinos en los que he permanecido con anterioridad, como Barcelona, también era utilizada». También manifestó que «en diversas ocasiones se ha capturado tal metralleta a miembros de ETA detenidos en diversas circunstancias». El periódico señalaba que «con esta declaración quedaba desmentida la afirmación difundida hace días por las agencias informativas en el sentido de que este arma de origen norteamericano era únicamente utilizada por los servicios secretos de algunos países y era prácticamente desconocida en España».

Arma de guerra

La Ingram M-10 es un arma de guerra según el Reglamento de 27 de diciembre de 1944 sobre armas y explosivos.

Arma de dispositivo ametrallador y munición de calibre 45 ACP o 9 milímetros Parabellum, cae dentro de lo prescrito para el arma de guerra: «Sólo podrá ser, adquirida por el personal con licencia de tipo E previa petición al Ministerio del Ejército, para el personal dependiente de él y de la Dirección General de Seguridad. Los ministros de Marina y Aire autorizarán a su personal», según se dice en el citado Reglamento, que añade: «Cada arma necesitará una orden ministerial expresa, en la que se reseñe e indique la procedencia de la misma».

Para los asesinatos del despacho de abogados de la calle de Atocha, 55, los autores emplearon munición del 9 milímetros Parabellum.

De Estado a Estado

Fue la Military Armament Corporation quien fabricó las Mariettas.

Un portavoz de la embajada de Estados Unidos en Madrid informó a EL PAIS que «no tenía referencias de que dicha compañía hubiese mantenido en algún punto de España ningún tipo de delegación comercial». Y precisó que «la venta de ese tipo de armas en Estados Unidos para otros países sólo puede realizarse, de forma legal, previo informe del Departamento de Defensa y por autorización del Congreso, en base a la petición formal de compra realizada por el Gobierno del país potencialmente cliente».

En el Centro de Estudios Técnicos de Materiales Especiales (CETME), el subdirector, señor Seija, nos manifestó que la Ingran M-10 «no había sido estudiada por este centro, ni nunca la habían tenido allí como objeto de interés de investigación».

El coronel, Luis López Anglada, jefe del Gabinete de Prensa y Relaciones Públicas del Ministerio del Ejército, en respuesta a nuestra carta de fecha 4 de febrero, en solicitud de información sobre la mencionada arma, manifestó no ser posible atender «su deseo, puesto que el arma Ingrand (Marietta) por la que se interesa no és, reglamentaria en nuestro Ejército».

La «Marietta» en el mundo

La metralleta Ingram M-10, así como el modelo prácticamente idéntico, M-11, pueden ser consideradas como las perfectas armas homicidas. Un traficante de armas de Estados Unidos las describía como «capaces de matar a cien personas, sin que los de la habitación de al lado se enterarán», según un reciente artículo del Wall Street Journal.

Armas de este tipo, ligeras, mortales, baratas y fáciles de manejar están al alcance de cualquiera, ya que prácticamente no existen controles en su comercialización. Existen unas 14.000 Ingram M-10 y otras tantas M-11. Su precio inicial fue de ochenta dólares, pero cuando la fábrica de Marietta, Georgia, quebró hace poco tiempo, miles de M-10 fueron subastadas por cinco dólares a traficantes autorizados y a Gobiernos extranjeros.

Gordon B. Ingram comenzó a diseñar esta serie de metralletas a su vuelta a Estados Unidos, después de la segunda guerra mundial. Los primeros modelos, M-3,4,5,6, 7,8 y 9, se fabricaron en la Police Ordonance Company y fueron vendidos principalmente en Estados Unidos, Cuba y Perú.

La M-10 y la M-11 tienen básicamente el mismo diseño y sólo se diferencian en el peso y la longitud del cañón, adecuados al calibre que usan.

Son armas cortas, compactas, muy sólidamente construidas en acero prensado. La disposición de todas las piezas del arma es tal que se consigue mantener el centro de gravedad en la empuñadura durante todo el tiempo en el que se producen los disparos, evitando así al máximo las oscilaciones y vibraciones. El suppressor se diferencia del silenciador tradicional en que perrnite a la bala alcanzar su máxima velocidad y convertirse, por tanto, en supersónica.

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