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UVA de Vallecas: reivindican la propiedad de sus viviendas

«Los vecinos de la UVA de Vallecas estamos en pleno derecho de demandar de la Administración la propiedad del poblado» es una de las frases contenidas en un informe, recientemente redactado por el vecindario de esta zona, que será presentado en breve plazo ante el director general de la Vivienda. El informe recoge las aspiraciones de los vecinos y describe los principales problemas por los que atraviesa esta unidad vecinal de absorción.

La Asociación de Vecinos de la UVA de Vallecas gestiona estos días una entrevista con el director general de la Vivienda, con el fin de exponerle la problemática en la que se encuentra esta colonia. Los principales problemas y algunos indicadores y criterios de solución aparecen esbozados en un amplio dossier elaborado y sancionado tras distintas reuniones efectuadas entre el vecindario.En el informe se parte de que las UVA fueron construidas durante el año 1963, con la finalidad de amalgamarlas en poblados capaces de absorber la emigración crecientemente afluyente a Madrid durante aquella época. También el dossier establece que las construcciones fueron realizadas con el propósito de que las UVA cumplieran este cometido a lo largo de un plazo provisional, cuya duración se cifraba entre uno y cinco años, como tope máximo. Por ello, toda la edificación de estas unidades -salvo la cimentación- es totalmente desmontable y fue dispuesta de tal manera que, además de paliar los problemas migratorios durante etapas de transición -cuya duración se pensaba entonces efímera-, sirviera en el futuro para afrontar la demanda de habitaciones en épocas posteriores a siniestros, ruinas, incendios y otro tipo de eventualidades.

Con estas características, la UVA de Vallecas ha permanecido desde hace trece años y hoy alberga mil doscientas familias. El informe refiere que las condiciones de vida dentro de esta unidad vecinal se encuentran en un nivel muy bajo, en virtud de la factura y de los materiales utilizados en la construcción. Se indica que la hechura de los muros y sus dimensiones no se ajustan a los baremos mínimos fijados por el Ministerio de la Vivienda para las viviendas subvencionadas, al tiempo que se señala que la escasez de espacio y el tamaño de las habitaciones únicamente se saldan con el abandono de sus inquilinos, para cederlas a otras familias más necesitadas.

Asimismo, el informe alude al estado de abandono en que se encuentra la UVA de Vallecas. Pese a que las cuotas vecinales para su conservación se han mantenido -precisa el dossier-, la Administración ha condenado el poblado al olvido. Proliferan las humedades en los muros, suelos y cubiertas de las viviendas, y las ratas abundan, crecientemente, en las inmediacíones. Con regularidad, los sistemas de alcantarillado se inundan y sus deficiencias provocan frecuentes encenagamientos de las calles. De este estado de cosas deriva la progresiva cantidad de inquilinos aquejados de dolencias reumáticas.

Tampoco se omite en el informe una alusión al estado del alumbrado en la zona, donde las instalaciones acusan el paso del tiempo y no se han realizado reposiciones de ningún tipo. También se afirma que las dotaciones urbanísticas previstas han quedado reducidas a un panorama que se limita a zonas verdes particulares, mantenidas por los vecinos, carencia absoluta de zonas deportivas, ausencia de una casa de baños, prevista inicialmente y no construida, y abandono generalizado por parte de los organismos que entienden sobre estos temas.

En cuanto a la situación sanitaria de la UVA de Vallecas, la asistencia se limita a la de un practicante, que -segun el texto- acude a la colonia únicamente por las tardes. Las escuelas existentes acusan los mismos defectos de construcción que las viviendas.

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Tras este esbozo de los problemas generales, los redactores del informe sitúan la causa del actual estado de cosas en la falta de inversiones oficiales sobre la unidad vecinal. La cuestión de cómo una población notable ha resistido trece años en unas viviendas construidas para solventar provisionalmente una serie de problemas, se salda en el informe mediante la estimación de que han sido las inversiones de los vecinos las que han permitido la supervivencia de la UVA. Un cálculo aproximado fija las inversiones particulares en la mitad del valor de lo construido, al tiempo que se establece en un 30% el volumen de inversiones realizadas por los organismos competentes respecto al total de cuotas, reintegrado por el vecindario en concepto de mantenimiento.

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