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Inquietud ante la anunciada visita de Isabel II al Uster

Juan Cruz

La recomendación que líderes políticos de Irlanda del Norte le han hecho al Gobierno, para que cambie las fechas de la visita que la reina Isabel II piensa hacer al territorio es una muestra de la falta de fe que se tiene en el Ulster acerca de la pacificación futura de la provincia.La reina Isabel quiere ir al Ulster el 10 de agosto del próximo año, dentro de su programa de visitas a regiones del Reino Unido y de la Commonwealth. En 1977 la soberana británica cumple sus bodas de plata con el »no.

Agosto es, de acuerdo con lo que ayer dijo el líder republicano Gerry Fitt, una fecha especialmente emotiva en el Ulster, porque en ese tiempo se conmemora la marcha de los jóvenes aprendices protestantes de Londonderry, y también se cumplen años de la introducción de la ley de internamiento sin juicio previo para sospechosos de actividades terroristas. Esta ley ya no se aplica, pero sigue figurando en los códigos que conciernen a la provincia. A partir del aniversario celebrado el último agosto hubo una serie de incidentes en Belfast, que comenzaron con una alocución pública de Maire Drumm, en la que la entonces vicelíder del Sinn Fein provisional afirmó que sus partidarios derribarían Belfast y otras ciudades británicas piedra a piedra si no desaparece esta ley. Meses después, Maire Drumm fue asesinada en un hospital de la capital del Ulster.

En estos últimos días han seguido los atentados contra las fuerzas de seguridad. El último soldado en morir a consecuencia de un disparo hecho por un miembro del IRA ha sido un joven de 18 años, que prestaba servicios en Belfast. El incidente, que sigue a otros, atentados contra soldados llevados a cabo en la otra ciudad principal del Ulster, Londonderry, tuvo lugar en una zona donde los sentimientos contra el Ejército británico son particularmente fuertes. Cerca de Turf Lodge, donde murió el soldado, un grupo de mujeres continuaba ayer manifestándose en protesta contra el trato que, según afirman, sus parientes están sufriendo en la prisión de Maze. Las mujeres han permanecido fuera de la cárcel vistiendo sólo mantas sobre sus cuerpos desnudos, para denunciar las condiciones en las que se desarrolla la vida de los internados en Maze. El Gobierno ha dado a conocer un comunicado en el que muestra cuánto se gasta en electricidad para mantener cálido el ambiente de la prisión. Las condiciones en las que están viviendo las mujeres que protestan contrastan dramáticamente con las circunstancias en las que viven los presos a los que ellas dicen defender, sostienen las autoridades.

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