La "sierra pobre" de Guadalajara, con idénticos problemas que la de Madrid
Aunque separados administrativamente por pertenecer a provincias distintas, hay lazos más reales que unen a los pueblos de la «sierra pobre» de Madrid y Guadalajara: la degradación de sus comunidades, el abandono de todos estos años, sus características de pueblos subdesarrollados, situados apenas a 100 kilómetros de la capital del país.Hay algo más que une a Cardoso de la Sierra, Peñalba, Bocígano de la Sierra, Colmenar de la Sierra (Guadalajara), con Montejos. Hiruela, Puebla de la Sierra (Madrid), y es su dependencia de estos últimos. El propio presidente de la Diputación, de Madrid, José Martínez Emperador, comentó hace poco que los habitantes de estos pueblos, para ir a su capital, prefieren pasar a Madrid, y allí utilizar los autobuses o trenes que hacen el servicio diario de viajeros. Tal es la carencia de carreteras adecuadas de la provincia limítrofe. Ocupan un área de unos 200 kilómetros cuadrados, unidos entre sí por caminos de tierra, hechos por los mismos vecinos hace más de veinte años. El Cardoso es el único que tiene algunas calles empedradas, luz eléctrica y teléfono. Pero la conexión con las líneas telefónicas viene de Buitrago, en Madrid: las comunicaciones por carretera se hacen pasando por Buitrago, y el médico, que visita Cardoso una o dos veces por semana, viene de pueblos madrileños, quienes a su vez también se quejan de estar mal atendidos.
Según el esquema de necesidades presentado por unos vecinos de la zona, el principal problema son las comunicaciones. La única escuela que funcionaba en Cardoso -hoy cerrada- no podía ser utilizada por los demás por falta de caminos en condiciones.
Las ambulancias sólo acuden cuando el caso es muy grave. La empresa de transportes que hace algunos años llegaba hasta Cardoso bisemanalmente dejó de hacerlo alegando que en la concesión del Ministerio de Obras Públicas no figuraba como recorrido a efectuar.
En cuanto al agua, en 1968 comenzaron las obras de captaciones y redes de distribución. Parece ser que se agotó el presupuesto. El caso es que hoy día aún siguen paradas. Salvo Cardoso, el resto no tiene luz eléctrica, y se alumbran con candiles.
La Diputación Provincial de Guadalajara les ofreció varias veces ampliar el servicio telefónico e instalar luz, aunque los vecinos insisten en las carreteras como la necesidad más urgente, aparte que los ayuntamientos debían aportar un 30 por 100 de las obras, lo que es una meta inaccesible para sus presupuestos. Al final, el diputado del distrito, Carlos Bahamonde, les informó que no había en este plan bienal consignación suficiente para caminos, y que había preferido pavimentar otros pueblos también necesitados, pero que sí se podría hacer la electrificación. Los vecinos aceptaron siguiendo el lema del «algo es algo», y ahora están esperando que las promesas se hagan realidad.
Ya que la Diputación Provincial de Madrid va a acometer un programa ambicioso de caminos, sería necesario que se procurara una coordinación con la de Guadalajara.
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