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Coordinación guerrillera

Creada en febrero de 1974, la Junta de Coordinación Revolucionaria está compuesta por los siguientes partidos políticos y movimientos guerrilleros: Partido Revolucionario de los Trabajadores y Ejército de Liberación Nacional, de Bolivia (PRTB-ELN); Partido Revolucionario de los Trabajadores Ejército Revolucionario del Pueblo, de Argentina (PRT-ERP); Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, de Uruguay y Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), de Chile.La Junta de Coordinación Revolucionaria es una respuesta a escala regional frente al refuerzo de la estrategia encaminada al exterminio de la guerrilla latinoamericana y pretende contrarrestar, lo más eficazmente posible, la puesta en práctica de la doctrina anti-insurreccional.

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Esta doctrina anti-insurreccional, que tiene su inicio en el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), fundado en 1947 en Río de Janeiro, propone, de un lado, la coordinación de los ejércitos latinoamericano y, de otro, la modernización de estos ejércitos a través de la venta de material norteamericano y la preparación y adiestramiento especial de efectivos encargados de enfrentarse a las guerrillas.

En la XI Conferencia de los Ejércitos Americanos, celebrada en Montevideo a finales del año pasado y en la que participaron quince países, incluidos los Estados Unidos, se aprobó el proyecto norteamericano de establecer fuerzas regionales, formadas por los ejércitos de los países del continente, con un poder superior al de las fuerzas armadas nacionales. El papel del ejército norteamericano sería el de una fuerza estratégica de reserva.

El objetivo del plan, según la Junta de Coordinación Revolucionaria, que lo denunció en la prensa internacional, sería el combatir conjuntamente a las organizaciones guerrilleras más desarrolladas. Por ejemplo, para aniquilar una guerrilla de más de mil hombres en la región de Tucumán, el Gobierno argentino contaría, además de con su propio ejército, con fuerzas de Bolivia, Paraguay y Uruguay. En caso de que el foco guerrillero fuera de más de dos mil hombres intervendrían las «fuerzas estrátégicas» norteamericanas.

En su comunicado fundacional, la Junta llamaba a los trabajadores, campesinos, estudiantes e intelectuales latinoamericanos a «tomar las armas y unirse en la lucha antiimperialista camino al socialismo». Después de la reunión de los ejércitos americanos en Montevideo, otro comunicado afirmaba: «Es así como el imperialismo, los monopolios multinacionales y la gran burguesía latinoamericana intentan resolver los graves problemas que sufren las masas explotadas y oprimidas de nuestro continente: coordinando la represión y la guerra contrarrevolucionaria en toda esta región del mundo. » Sin embargo, la actividad de la Junta de Coordinación Revolucionaria ha sido más bien escasa en sus dos años de existencia, limitándose por lo general a la publicación de comunicados más o menos incendiarios. A finales del pasado mes de marzo, las fuerzas de seguridad argentinas asestaron un duro golpe a la Junta, al sorprender en Moreno, cerca de Buenos Aires, una reunión de dirigentes revolucionarios del cono sur de América latina.

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En aquella ocasión, fuerzas del ejército y la policía infligieron graves pérdidas a los guerrilleros. Al parecer, en la reunión de Moreno participaba Edgardo Enríquez, dirigente del MIR chileno, quien, según la Junta, fue detenido por la policía argentina sin que se tengan noticias sobre su paradero.

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