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"No hay ningún niño sin escolarizar"

Matías Vallés fue nombrado nuevo delegado de Educación del Ayuntamiento de Madrid, por decreto de la Alcaldía del pasado día 29. Abogado de profesión, nació en Madrid en el año 1929. Hasta el momento de hacerse cargo de la Delegación de Educación, el señor Vallés, ha venido ejerciendo su profesión, dedicado, sobre todo, al mundo empresarial, y ejerciendo la docencia en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma y en el ICADE. Es autor de diversas publicaciones sobre temas de automoción, economía, transportes y aspectos jurídicos diversos.

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Niños sin escuela

«Creo que, en estos momentos, no queda ningún niño sin escolarizar en Madrid», declara a EL PAIS. Y añade: «Pero, si queda alguno, la Delegación de Educación pasa a no tener otra preocupación más que resolver ese problema. Y dejaríamos, si ello fuera necesario, cualquier otra ocupación que tuviéramos entre manos.»La Delegación de Educación del Ayuntamiento de Madrid, es el gran polarizador de las actividades culturales de la capital. «Las funciones de una Delegación, como es ésta de Educación, están en orden a lo que se ajusta en la Ley Especial de Madrid, esto es, como órganos gerenciales al auxilio directo del alcalde». «El problema de la escolarización no es grave, aunque sí muy importante. Se trata de una acción directa del Ayuntamiento, en estrecha colaboración con el Ministerio de Educación y Ciencia. Madrid, en este sentido, tiene planteadas unas necesidades que no están totalmente solucionadas, puesto que el problema es dinámico, con unas, nuevas cada año, y nunca estático». Con respecto a las necesidades culturales de Madrid, el señor Vallés afirma: «El deseo, de la Delegación está en desarrollar y potenciar las necesidades de los barrios, habiendo una planificación parcial de las que pueda haber en cada uno de ellos. Las Juntas Municipales de Distrito han de ser, en este sentido, un cauce a las necesidades que tengan planteadas. No se trata de que en cada barrio haya un gran auditorium municipal, sino que en cada barrio, haya las suficientes audiciones de música o representaciones de teatro o, que cada ciudadano pueda tener el. libro qué desee. Si un concierto se ha de hacer en un cine, se hace, sin que tengamos porqué esperar a tener el gran auditorium». Las Fiestas de San Isidro fueron tema de la reunión informal del otro día con el alcalde y es preocupación que se vean modificadas para una mejora sustancial de su programación. «Las fiestas populares, dice el señor Vallés, tienen arraigo cuando nacen de abajo a arriba. Pamplona detiene su actividad durante siete días con motivo de San Fermín, pero fundamentalmente porque ningún pamplonica tiene idea de que no se haga así. Las fiestas son una forma de unir con mayor intensidad de la habitual a todos los ciudadanos. Pero en Madrid esto resulta prácticamente imposible. Por ello, hay que cambiar el planteamiento de las Fiestas de San Isidro y conseguir, que sean los mismos barrios los que tengan sus fiestas populares, potenciando San Isidro en ellos. Tal vez cabría unir a éstas de los barrios una gran celebración conjunta de todo el pueblo de Madrid». «Las Instituciones, añade, realizan una labor venerable. Pero la fiesta ha de ser a nivel popular. Estoy convencido de que el Ayuntamiento no tiene la absoluta finalidad de solucionar el problema de unas necesidades, si no que, antes, tiene que inventarse el problema que ha de resolver después».

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