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Landa se queda a 1s del podio de los Campos Elíseos

Chris Froome asegura su cuarto Tour en una contrarreloj en la que Bardet perdió 1m 12s con el español

Carlos Arribas
Chris Froome rueda por Marsella.
Chris Froome rueda por Marsella.Claude Paris (AP)

Mientras observa, bebiéndose una Fanta de naranja, la desintegración final de Romain Bardet sobre su bicicleta de contrarreloj en las interminables rectas de la Marsella sudorosa que llevaban al Estadio Velódromo, Mikel Landa acumula en su cabeza buenas razones para llamar mezquino a su jefe, Chris Froome, quien, tras una buena contrarreloj, asegura su cuarto Tour victorioso, el más complicado y apretado. Ningún corredor en los 104 Tours disputados se ha quedado en cuatro. Todos los que alcanzaron esa cifra (Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain) llegaron a cinco. Ningún corredor en la historia del Tour de Francia se había quedado a 1s del podio: Landa tiene el honor de inaugurar la lista.

El aire del Estadio Velódromo de Marsella, menos lleno que lo que hubiera querido el Tour para ver la salida y la llegada de la prueba, y más ruidoso de pitidos y abucheos que lo que hubiera deseado el inglés de amarillo, no respira limpio el equipo Sky, cuyos miembros miraban las hojas de clasificaciones y se rascaban la cabeza repasando varias frases construidas con partícula negativa: Froome no ha ganado la etapa, sino que ha terminado tercero; su mejor hombre del día, el polaco Kwiatkowski, es segundo por 1s, y el mejor équipier en la montaña, el sediento Landa justamente, se ha quedado a 1s del podio final del Tour. La etapa la gana otro polaco tremendo, Maciej Bodnar, del Bora. El tercer puesto del podio lo ocupa Bardet (a 2m 20s), que ha perdido la segunda plaza ante el colombiano Rigoberto Urán (a 54s).

El Froome del Tour de Francia del 17 es el primer triunfador de amarillo en París que no gana ninguna etapa desde que Greg LeMond se llevó el Tour de 1990 (Óscar Pereiro no ganó ninguna etapa en 2006, pero no fue coronado campeón en París, sino meses después, tras la descalificación de Landis por dopaje).

Los datos pueden mostrar que una diferencia de 1s después de recorridos 3.437 kilómetros de asfalto llano, rugoso, bacheado, subiendo montañas y bajándolas, y también contrarreloj, equivalen a una pérdida de menos de tres diezmilésimas de segundo por kilómetro, un imposible. Se puede concluir, pues, que los datos indican pero no explican. El ciclismo es otra cosa, y el Tour.

Landa observa en las pantallas gigantes del estadio los últimos kilómetros de Bardet y pasa de la indiferencia a la esperanza y, inmediatamente, a la desazón, la tristeza, una cierta rabia contra la mezquindad de Froome, que no logra entender.

Al comienzo del día, Landa está a 73s de Bardet en la general. En los primeros 15,6 kilómetros de la contrarreloj, los 14 primeros, llanos, los 1.600 metros restantes, empinadísimos hacia la basílica de la Virgen de La Garde, Bardet, que enfila tan ansioso la subida, de pie sobre la bici, que duele tanto ver su esfuerzo como dolerá más tarde, cuando frente al viento que sopla del sur ofrece solo ángulos quebrados de su cuerpo y su ánimo también, ha perdido 44s, menos de tres segundos por kilómetro. Para que Landa suba a un podio que dio por perdido la tarde del Izoard, Bardet debería perder más de 4s por kilómetro en los siete que quedan. Si le parece imposible a Landa cuando Bardet cuenta aún con dos minutos para recorrer el último kilómetro y medio, y un minutos para los últimos 700m, no solo le parece posible, sino probable, con la llegada, luz que agoniza a cámara lenta del francés valiente, el único rival que atacó, al estadio.

Landa atacó en el Izoard, la última cima, a Bardet y a Urán. Buscó el podio. Logró unos segundos de ventaja. El plan era que le alcanzara Froome e irse los dos. Froome no logra separarse delos dos pegajosos rivales, pero aún así persiste en la Casse Déserte hasta alcanzar a Landa. Viendo que su compañero ha ayudado a sus rivales hasta su rueda, Landa pierde la fe en la humanidad. Se vacía para llevar al jefe hasta la meta y levanta el pie. Pierde 16s con Bardet.

“Se me ocurren algunas cosas el jueves por las que perdí el podio”, dice Landa cuando ve a Bardet sobrevivir por 1s. A Froome le pregunta Flecha por el Izoard. No entra al trapo el inglés. “Qué pena lo del podio de Landa, pero en París no vamos a pelear por una bonificación”, dice. “Qué gran equipo tengo”.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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