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Olazabal, García, Cabrera, Rahm… el golf fluye como un torrente

Los cuatro españoles en el Masters representan distintas épocas, distintas aspiraciones

Carlos Arribas
Rahm, a la derecha, y Olazabal, junto a sus caddies, durante las prácticas del miércoles.
Rahm, a la derecha, y Olazabal, junto a sus caddies, durante las prácticas del miércoles.TANNEN MAURY (EFE)

Llegó un día, a principios de la década de los 90, en que cuando un español hablaba de Augusta no hablaba ya de Seve, sino de Olazábal; mediada la primera década del siglo, Olazabal se convirtió en pasado en el Masters, que esperaba a Sergio García; han pasado 10 años desde entonces, y a García, que dejó de ser el Niño, y es un hombre con toda la barba ya, ya le ha sustituido Jon Rahm, 22 años, de quien todo el mundo habla como un posible ganador. Hace dos semanas, en el mundial matchplay, el joven de Barrika derrotó a García con suficiencia. Entre ambos hay 14 años de diferencia, casi 15, 22 contra 37. García apenas se deja ver con los demás españoles. Tampoco habla mucho, pero quizás agradezca en el fondo que tampoco se hable mucho de él en vísperas del grande que más desea ganar. La presión, el foco, pesa.

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Así fluye el golf español, sus figuras, como un torrente que todo lo arrastra. Olazabal, García y Rahm, y también Rafa Cabrera Bello que es de la generación de García aunque de maduración más tardía, están en el Masters 17. Ven llover desde la casa club, bajo cuyo porche se refugian jugadores, invitados, entrenadores, famosos, periodistas, familia y mánagers. En corros, todos hablan sin cesar entre ellos. La prohibición de los teléfonos móviles en el Augusta National Golf Club hace revivir el arte de la conversación, la necesidad de hablar durante las largas pausas de juego suspendido. Augusta, donde el tiempo se detuvo en el siglo XIX. Aparentemente.

El tiempo no se ha detenido para Olazabal, que sueña con volver a tener 20 años para pelear de igual a igual con los bárbaros del circuito. Un amigo le preguntó a Olazabal si se engancharía al circuito de la PGA si se diera el caso tan improbable de que en este del 17, su 28º Masters, terminara entre los tres primeros, con lo que lograría la tarjeta para disputarlo. Ni loco, le respondió el jugador de Hondarribia, aun quedando tan bien, que lo dudo, yo seguiría en el circuito senior. ¿Adónde voy con las distancias que alcanzo? En el golf de ahora ya no hay sitio para artistas que compensaban su falta de distancia con otras dotes como intuición, imaginación, precisión y sabiduría. “Pero este Masters tiene buena pinta para dos españoles”, dice Olazabal después de que la lluvia y la tormenta troncaran su ronda de prácticas con Rahm y Cabrera. “A Sergio no le veo tanto, pero a Rafa y a Jon, sí, aunque les falta aún experiencia”.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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