_
_
_
_

El Barcelona juega contra la historia

Nunca antes se remontó cuatro goles de desventaja, aunque sí eliminatorias similares

Jordi Quixano
Cruyff, en 1994, en el banquillo ante el Dinamo Kiev.
Cruyff, en 1994, en el banquillo ante el Dinamo Kiev.agustí carbonell

Cuando el Barça se remitía a éxitos menores como la Copa o incluso la Recopa de Europa, el Camp Nou apelaba a la épica por más que no se diera continuidad al fútbol del equipo. Pero desde que Michels sembrara el juego de posición y posesión, luego pergeñado por Cruyff y regado por Guardiola, el Barça dejó de lado lo homérico para imponer su ley con el balón. Y ahora, tras el coscorrón de París (4-0), se necesita fútbol y épica porque nunca antes se remontaron cuatro goles en Europa. Pero hay precedentes similares.

Más información
Catastrófico Barça en París
Nadie le hace la cama a Luis Enrique

1977. Octavos de la UEFA ante el Ipswich Town. Derrotado en Inglaterra (3-0), el Barça replicó en el Camp Nou. “Llovía y pensamos que empezábamos mal porque les favorecía a ellos”, recuerda Tente Sánchez. “Michels dijo que diéramos la cara para que la gente viera que queríamos ganar”, añade Asensi. Hicieron más que eso al vencer en los penaltis tras un 3-0. “Tras la prórroga nos sentíamos ganadores, habíamos hecho lo difícil”. En el corro de antes de los lanzamientos, Michels señaló a Cruyff y Rexach, y luego preguntó quién quería chutar. “Yo estaba fundido —se justifica Asensi—, pero fue perfecto”.

1978. Octavos de la Recopa ante el Anderlecht. El árbitro parecía belga y el Barça acabó el duelo (3-0) a empujones con la Policía y con el presidente Núñez en el vestuario expulsando a los que no eran azulgranas. “Estábamos indignados por la encerrona”, explica Migueli. “Nos quemó cómo nos trataron”, se suma Pello Artola. Y todo eclosionó en la vuelta, con otro 3-0 que se decidió en los penaltis. “Caldeamos el ambiente con la prensa —dice Migueli—, y Lucien Müller nos pidió no cometer fallos defensivos para provocarlos en el área rival”. Tras el empate de Zuviría, en los penaltis apareció Artola. “Tuve suerte de parar dos, pero ese día pensaba que el problema lo tenía el delantero para marcarme”.

1986. Semifinal de la Copa de Europa ante el Göteborg. Otro 3-0 en tierras suecas pareció condenar al Barça de Venables. “Estaba muy enfadado porque era el único delantero en el banquillo y sacó a un defensa antes que a mí”, revela Pichi Alonso; “y tras una fuerte discusión, me dijo: ‘Usted es inteligente y puede ser entrenador. Cuando lo sea, se dará cuenta de que no lo que piensa la mayoría es lo mejor. Si le saco, y perdemos por más, no tendríamos opción de remontar”. Tuvo razón el inglés, que le dio la titularidad a Pichi en la vuelta, también porque Archibald estaba lesionado, y respondió con un hat-trick. “Luego pedí el cambio porque estaba emocionalmente agotado. Aunque tras dos minutos en el banquillo, me arrepentí”. Se le pasó rápido porque en los penaltis, el Barça venció con un lanzamiento de Víctor Muñoz. “El míster me preguntó y le dije que sí tiraba. Urruti paró el suyo y yo metí el mío”, resume Víctor. Luego, en la final, de tan cansado que estaba se negó a lanzar. Y la historia fue otra.

1994. Primera ronda de Champions ante el Dinamo Kiev. Tras caer en Kiev (3-1), el Barça de Cruyff tocó su mejor sinfonía en la vuelta, con un disparo cada tres minutos (4-1). “Partido completísimo, seguramente el mejor de nuestra época”, apunta Goikoetxea. “Sabíamos que podíamos levantar el resultado porque estábamos acostumbrados a dominar —amplía Juan Carlos—, y no hicimos nada diferente, más allá de pensar en parar sus contras y no encajar”. Funcionó.

2000. Cuartos de Champions ante el Chelsea. Un 3-1 en campo inglés pareció condenar al Barça de Van Gaal. “Pero el míster, impetuoso, nos convenció de lo contrario durante la semana”, recuerda Dani García, que igualó la eliminatoria; “y eso que fallé antes una más clara”. En la prórroga llegaron otros dos goles. “Estaban en shock, porque pensaban que lo tenían hecho —cierra Dani—, y decidió lo emocional”.

2013. Octavos de Champions ante el Milan. Tras caer por 2-0 en San Siro, el Barça de Tito Vilanova necesitaba de su mejor versión para superar la ronda. “A esta generación solo le falta una gran remontada”, señaló Xavi antes del encuentro. Y, con un Camp Nou entregado, el Barça volteó la eliminatoria a lo grande, con cuatro goles y una nueva actuación estelar de Messi. Precisamente, al 10 se le reclama frente al PSG.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_