Artur Mas asegura que el juicio del 9-N es un “acelerador” para el soberanismo
El expresidente de la Generalitat, que será juzgado este lunes, asegura: “El máximo responsable político soy yo, si quieren cargarse a alguien que sea a mí”
El independentismo confía en hacer hoy una exhibición de fuerza en la concentración frente al Palacio de Justicia en apoyo de Artur Mas y las exconsejeras Joana Ortega e Irene Rigau, que se sientan en el banquillo por presuntamente organizar la consulta del 9-N desobedeciendo al Constitucional. El expresident manifestó ayer su esperanza de que la vista sea un “acelerador” para ampliar la “base social del soberanismo” en favor del referéndum. 40.000 personas se han apuntado en la web de la Asamblea Nacional Catalana para ir a la protesta. “Nos querían de rodillas y nos encontrarán de pie. Lo volveríamos a hacer”, dijo Mas.
El movimiento independentista concibe la vista como una afrenta a la democracia desde el momento en que 2,3 millones de personas participaron en el proceso participativo del 9-N. La fórmula fue ideada por Mas después de que el Tribunal Constitucional suspendiera la consulta para cumplir el mandato de las elecciones de 2012. Por ello, las tres entidades independentistas —la ANC, Òmnium y la Asamblea de Municipios Independentistas— han impulsado la movilización bajo el lema “Love democracy” y el “Tots som 9N”. La Fiscalía pide 10 años a Mas por sendos delitos de prevaricación y desobediencia y nueve años para cada una de las exconsejeras.
Los organizadores confían en que la manifestación sea masiva y que sirva para enderezar el proceso secesionista, que ha vivido las últimas semanas sumido en el desconcierto por revelaciones del exjuez Santiago Vidal y con el alma en vilo por el voto de la CUP —finalmente positivo— a los Presupuestos. En caso contrario, Cataluña habría ido de nuevo a otras elecciones autonómicas. El Gobierno catalán sabe, además, que la protesta, que ha auspiciado invitando a los funcionarios a tomarse un día de fiesta en el trabajo, sirve para reafirmarse en su postura ante el Ejecutivo de Mariano Rajoy, que intenta desbaratar el proceso con más inversiones. La Generalitat no da el menor crédito al diálogo y considera el referéndum como algo irreversible.
Vamos con la cara bien alta. Nos querían de rodillas y nos encontrarán de pie. Lo volveríamos a hacer", avisa Mas
En un acto en el Museo de Historia de Catalunya, los tres encausados, que irán a pie desde el Palau de la Generalitat hasta el tribunal, expresaron su convicción de que no cometieron ningún delito y que se limitaron a cumplir con un mandato democrático. Tras una pantalla en la que se leía la frase “Ho tornaria a fer” —“lo volvería a hacer”, sustituyendo la letra o por una papeleta—, Mas mostró su deseo de que el proceso judicial sirva para “ampliar” la base soberanista en favor del “tren del derecho a decidir”. “Ya veríamos después en qué dirección”, apuntó. La protesta, de hecho, la secundan todos los partidos independentistas y Catalunya sí que es Pot además de los sindicatos CC OO y UGT.
Los tres encausados estuvieron arropados en su comparecencia por la plana mayor del Partit Demòcrata Català (PDCcat) y varios consejeros de ese partido del actual Gobierno de Carles Puigdemont. No acudió, sin embargo, la cúpula de Esquerra Republicana ni ninguno de sus consejeros. No pasó desapercibida esa ausencia a la actual dirección de la extinta Convergència. La democristiana Joana Ortega, apartada de la primera línea de la política, admitió que el juicio es “un mal trago” y aprovechó la ocasión para criticar a ERC. No la citó pero su mensaje fue elocuente: dijo que sintió que cuestionaron su compromiso o su capacidad para organizar el dispositivo del 9-N. La realidad es que fue la alianza entre Mas y la CUP la que impulsó la consulta. “El 9-N fue posible gracias a la convicción de Mas”, afirmó para señalar que hoy se juzga “al alma” de esa jornada. “Fue el día en que más honré mi carrera política. Si no lo hubiera hecho quizás no tendría problemas con la justicia, pero sí con mi conciencia”, zanjó.
Es falso y una mentira que la concentración sea una coacción al Tribunal", ha subrayado Mas
Los partidos de la oposición —desde el PSC al PP—, aunque con distinta intensidad, han cuestionado la movilización por si puede suponer una presión para el tribunal. La hipótesis fue rechazada por los encausados que esgrimieron el derecho de los ciudadanos a poder expresarse. “Mucha gente cree que este juicio es una vergüenza. ¿Y no van a poder expresarse?”, se preguntó Mas mientras Rigau deslizó que los fiscales catalanes inicialmente se pronunciaron en contra de la querella de la fiscalía.
“Ni mártires ni héroes”
Mas señaló que no tienen vocación ni de “mártires” ni de “héroes” y que no persiguen la inhabilitación. Si son condenados, acudirán hasta Estrasburgo. “El responsable político soy yo. Si quieren cargarse que sea a mí. Lo asumo y me complace”, dijo en alusión a que su defensa descansa en que fueron los voluntarios quienes hicieron posible la consulta. No dio un portazo a su carrera política y dijo que dependerá de si Cataluña se convierte en un Estado propio porque la legislación española no sería efectiva. Su estrategia de defensa será conjunta y, ayer por la tarde, la estaban acabando de ultimar con sus letrados, que a su vez asumen la defensa de algunos de los detenidos por el caso del 3%. Mas no consideró casual que los arrestos se produjeran las vísperas de juicio del 9-N: “Siempre se actúa igual respecto a los mismos. Ya pasó lo mismo antes de alcanzar la alcaldía de Barcelona. Deben de pensar que somos claves para inclinar la balanza”.
Arrimadas: “Se les acaba el chicle de tanto estirarlo”
La líder de Ciudadanos en Cataluña y jefa de la oposición, Inés Arrimadas, intuye el final del proceso soberanista y que se están produciendo “los últimos fuegos artificiales de un fin de ciclo”. Arrimadas aseguró durante el congreso de su partido que a Mas y a los independentistas, “se les acaba el chicle de tanto estirarlo”.
"Veo mucho más cómodo a Mas hablando del juicio que del caso 3% y del caso Palau [de presunta financiación ilegal de CDC]", apuntó Arrimadas. Y lamentó que aparezcan "encantados" con este tipo de "escenificaciones y fotos" cuando de lo que se trata es de cumplir con la justicia. La también portavoz de la ejecutiva de Ciudadanos afirmó que respeta a las personas que acompañarán a Mas, pero fue muy dura con la actual consejera de Gobernación, Meritxell Borràs, que animó a los funcionarios de la Generalitat a cogerse el día libre para acudir a la protesta.
Miquel Iceta, primer secretario del PSC, dijo que no tiene a Mas “por un delincuente” y apuntó que los socialistas no participarán en la movilización delante del juzgado. “Deseamos que no tenga como objetivo alterar la voluntad de un tribunal porque sería muy grave”, afirmó. Más taxativo, el popular Xavier García Albiol señaló que no se juzga a nadie por sus ideas “sino a unos políticos que actúan de forma más propia de un estado totalitario que de una democracia”. Albiol criticó que la Generalitat alienta la manifestación que busca, a su juicio, “coaccionar a los jueces”.
Los comunes sí que estarán en la protesta. Albano Dante Fachin, líder de Podem, afirmó que acudirá, así como otros miembros de ese espacio porque se oponen a la judicialización de la política.
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