Miradas de soslayo

En la sede del Gobierno regional, en plena Puerta del Sol, se palpaba un ambiente muy distinto de otros días grandes de la Comunidad de Madrid. Con un anfitrión, el presidente regional, Ignacio González, ya en el tramo final de su legislatura, se juntaban los candidatos y aprovechaban para hablar entre sí, como vísperas de eventuales pactos.

Los actos comenzaron con la entrega de medallas de la Comunidad. Entre los galardonados se encontraba el escritor y premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el Teatro Real que se llevaron las distinciones de oro. Al Real se le reconoció su esfuerzo por atraer a Madrid a los mejores creadores y a su difusión del arte. La Comunidad también concedió medallas al político socialista Jaime Lissavetzky, al baloncestista Felipe Reyes, al campeón del Mundo de patinaje Javier Fernández y al actor y nuevo presidente de la Academia de Cine Antonio Resines, entre otros.

Vargas Llosa tomó la palabra en nombre de los premiados y ensalzó Madrid como “un ejemplo de la coexistencia en la paz y la libertad” sin conocer “la visión pequeñita y mezquina del nacionalismo”. “Madrid hoy es una gran ciudad rica en vida cultural, contra lo que dicen algunos pesimistas. No es pobre, la oferta cultural es una de las más ricas de Europa y el mundo”, afirmó.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se saludaron con afecto antes del inicio de los actos. Ambos acudieron a respaldar a sus candidatos y fueron, con diferencia, quienes crearon mayor expectación.

Tras el desfile, llegó el tradicional pasamanos y las conversaciones se centraron más en los comicios del día 24 de mayo y en lo que poco que queda a algunos cargos para dejar, al menos de momento, la política. Una de las imágenes del día fue el saludo de los secretarios regionales de UGT, Carmelo García, y CC OO, Jaime Cedrún, con la alcaldesa Ana Botella. Estuvieron hablando durante varios minutos de forma amigable ante la sorpresa de algunos asistentes. El trasfondo, la posible huelga de recogida de basuras en la ciudad.

También llamó la atención el color de las acreditaciones de prensa. Los habituales rojo y blanco —colores de la bandera autonómica— se cambiaron ayer por el naranja en la cinta y el azul en las cartulinas, que recordaban a las dos formaciones que pueden pactar en la región (PP y Ciudadanos) para formar equipo de Gobierno. “Es un mensaje poco subliminal, ¿no?”, se reía un dirigente del PP de Madrid.

Podemos festeja con bicis, tortilla y mitin

Podemos, a diferencia de Ciudadanos —también sin representación en la Asamblea— , optó por celebrar el Día de la Comunidad de Madrid lejos del Palacio de Correos. Concretamente en la Casa de Campo. Primero hubo una ruta en bicicleta, después un pic-nic, en la sobremesa un diálogo de los asistentes con candidatos a la Alcaldía, Manuela Carmena y a la Comunidad, José Manuel López. Y, como colofón, apareció el líder Pablo Iglesias para compartir mitin con López.

Muchos alcaldes se dejaron ver. Una de las conversaciones que más cuchicheos trajo fue la que mantuvo la candidata a la Comunidad del PP, Cristina Cifuentes, con su homólogo de Ciudadanos, Ignacio Aguado, y la aspirante de esta formación al Ayuntamiento de la capital, Begoña Villacís. “Yo siempre hablo con el resto de candidatos”, señaló Cifuentes al ser preguntada por posibles pactos postelectorales.

La sede de la Casa de Correos tuvo más asistentes que la edición anterior. Al que más tranquilo se vio fue a González, con ganas de terminar cuanto antes. “Como esto dure mucho y no se llegue pronto a un Gobierno, a mí me da algo”, bromeaba en los corrillos. Detrás planeaban los seis meses que Alberto Ruiz-Gallardón tuvo que alternar en 2003 como presidente de la Comunidad y alcalde a raíz del tamayazo que provocó un vacío de poder regional. González se desligará “progresivamente” de la política.

Alrededor de las 14:30, el palacio central de la sede del Gobierno regional estaba casi vacío. Entre los que permanecían estaba Ramón Marcos, el candidato de UPyD, molesto porque los responsables de protocolo de la Comunidad le sentaran en la tercera fila, y no en la primera junto a los demás aspirantes. Mientras rumiaba la debacle de UPyD, con una estimación de voto del 0,5%, el resto de candidatos ya se habían marchado. Todos aseguraron tener motivos familiares para dejar la fiesta. Y descansar para la batalla.