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ELECCIONES MUNICIPALES

Trias y Collboni se disputan el voto de orden frente a Ada Colau

El candidato de CiU reivindica el progreso económico y el del PSC, el modelo de ciudad

Artur Mas, rodeado de candidatos de CiU a las municipales.
Artur Mas, rodeado de candidatos de CiU a las municipales.Efe

La irrupción de Barcelona en Comú y de su líder, Ada Colau, en la política barcelonesa está obligando a replantear la oferta electoral de los dos partidos que hasta ahora han gobernado la capital catalana. Convergència i Unió y el Partit dels Socialistes han adecuado sus respectivos discursos para reivindicarse como partidos sólidos y alejados de aventuras de final incierto.

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Ello se visualizó ayer en los actos que CiU y PSC celebraron en Barcelona a modo de arranque de precampaña electoral. El alcalde y candidato a la reelección por CiU, Xavier Trias, se erigió como el único valor seguro para que la economía barcelonesa no se estanque, mientras que Jaume Collboni, candidato socialista, defendió el “modelo Barcelona, que es un modelo de éxito” con los Ayuntamientos del PSC.

Las propuestas de Barcelona en Comú, todavía muy difusas, de poner coto al negocio turístico y reformular grandes eventos, como el Mobile World Congress, permiten a los otros partidos acusar a Ada Colau de querer frenar la actividad económica. Trias, ante más de 500 alcaldes de CiU reunidos en el consejo nacional de la federación, apostó por la economía productiva. “Queremos crear actividad económica para después repercutirla en la gente, sin esto no hay bienestar”, dijo. El alcalde y candidato de CiU incluso se permitió utilizar un lenguaje con reminiscencias radicales para defender sus tesis. “Vamos a proclamar la revolución del sentido común”.

Jaume Collboni, por su parte, reivindicó los alcaldes socialistas que ha tenido la ciudad y su obra de gobierno durante 32 años. Lo hizo en una asamblea en Nou Barris, un territorio amigo para el PSC en el que tiene un alto índice la número dos de la lista, Carmen Andrés. “Nosotros sabemos de qué hablamos cuando hablamos de gobernar”, dijo el candidato del PSC, en lo que sonó como una crítica a la falta de experiencia de la candidatura de Colau, en la que ningún candidato ha tenido antes responsabilidades de gobierno. Días atrás Collboni ya reprochó a “una parte de la izquierda” su “manía” de “poner el contador a cero” en Barcelona.

En el caso de los convergentes toda su campaña, también fuera de Barcelona, estará enfocada a reivindicarse como un partido de orden y como antídoto de la fragmentación y el desgobierno. El secretario general de la federación y número dos de Unió, Ramon Espadaler, resumió este mensaje. “CiU es una apuesta segura en tiempos de incertidumbre. Somos garantía de gobernabilidad ante la fragmentación que se divisa”.

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Presupuesto por votación directa

La candidata de Barcelona en Comú a la alcaldía, Ada Colau, aseguró este sábado que si gana las elecciones el 5% del presupuesto municipal lo decidirán los vecinos de forma directa a través de un proceso de participación digital y presencial que recogerá las propuestas de la ciudadanía.

Según informó BComú en un comunicado, en la jornada ¿Cómo construimos una agenda política de manera participada? Colau explicó que "el proceso se realizará de forma descentralizada en los distritos y en concordancia con el proceso de elaboración del Plan de Acción Municipal y los Planes de Acción de los distritos".

La proporción del presupuesto municipal que decidirán los ciudadanos se revisaría cada año con la voluntad de que aumente progresivamente.

Del mismo modo, ERC está intentando hacer bandera de la transparencia. Su candidato, Alfred Bosch, también presentó ayer la candidatura, en la que figura, en el último puesto, el juez suspendido Santiago Vidal. “Presentamos la lista ganadora, una lista de talento, creación y justicia”, resumió Bosch.

Al discurso de cierta centralidad contribuye la decisión de la cúpula nacionalista de intentar dejar en un segundo plano el discurso independentista. No es que Convergència reniegue ahora de ello, sino que prefieren no hacer bandera de ello para evitarse problemas con Unió en plena campaña electoral y, sobre todo, no tapar lo que consideran una buena gestión de sus alcaldes. El propio Trias dejó claro la semana pasada que su campaña no se centrará en el plan soberanista, sino en reivindicar sus logros. En su discurso de ayer apenas dedicó unas palabras a reivindicar el “derecho a decidir el futuro”.

Artur Mas es el único que sí sigue hablando del plan soberanista, pero de manera matizada. Dejó claro ante los cuadros del partido que la economía es la absoluta prioridad. También en un intento de recuperar voto de los descontentos admitió los problemas de su partido con la corrupción, que limitó a “algunos casos individuales”. La cuestión soberanista la dejó para el final y, tras recordar que las próximas elecciones son municipales y no autonómicas, sí admitió que no es lo mismo continuar el proceso con los Ayuntamientos a favor que con los Ayuntamientos en contra.

Miquel Iceta, por su parte, exhibe el músculo municipalista que aún le queda al PSC e insiste en que en estas elecciones se ha de hablar de los problemas de las ciudades, no de otra cosa. Por eso, el líder de los socialistas catalanes aprovecha sus discursos para reivindicar “la vieja escuela” de hacer política, frente a los “vendedores de crecepelo”, en alusión a las nuevas formaciones que irrumpen.

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