El herido por los policías de Getafe dice que arrancó el coche “por miedo”
Roberto García recrimina que le hayan tratado como "delincuente" en el juicio sin que se haya demostrado que cometiera algún delito
Roberto García Castillo, el conductor del Citroën C-3 que resultó herido por tres agentes de la Policía Municipal de Getafe y vio morir de un tiro en la cabeza a su amigo David Prieto Fandiño el 21 de noviembre de 2011, fue el único de los cuatro encausados —los otros tres son los policías que abrieron fuego contra ellos— que utilizó ayer el derecho a la última palabra en el final del juicio que se ha seguido en la Audiencia Provincial. García aseguró que salió a toda velocidad con el turismo que conducía por el miedo que le produjeron las detonaciones. “Son las que me hacen intentar huir a toda velocidad”, remarcó.
El herido y acusado de atentado a agente de la autoridad y de lesiones —por lo que le piden siete años de cárcel— recriminó que durante el juicio le llamaran “bicho” y “delincuente”. Dijo que no se ha demostrado que cometiera ningún delito cuando fue perseguido por agentes municipales de Getafe durante más de 14 kilómetros entre la localidad sureña y el distrito de Arganzuela. “Otra cosa que no entiendo es que, durante todo el juicio, los tres policías dijeron que dispararon porque alguno de ellos gritó ‘arma de fuego’, pero ninguno reconoce que lo dijera. Al final, David murió desafortunadamente y yo recibí un disparo, sea del arma que sea”, concluyó.
El fiscal pide la condena de los tres policías por homicidio y la acusación particular por asesinato. Los abogados de los tres agentes reclaman su absolución, ya que entienden que los encausados dispararon en legítima defensa y en cumplimiento de su deber de perseguir un delito.
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