Los pescadores denuncian nuevas agresiones de la flota marroquí

Ocurrió pasadas las 11 de la mañana. Los siete palangreros gaditanos que tienen licencia para faenar en Marruecos iniciaban una nueva jornada de pesca cuando se encontraron, según su versión, con barcos del país norteafricano en aguas españolas. Para ellos era una nueva provocación tras dos semanas de presiones, acoso y amenazas para que no puedan faenar en el caladero donde sí tienen un permiso que cada buque ha pagado. Tras un enfrentamiento verbal, los tripulantes de uno de los pesqueros marroquíes empezaron a lanzar piedras y botellas con gasolina al Muñiz, cuyo armador, Juan Manuel Ponce, es marido de la patrona mayor de Algeciras, María Oliva Corrales. La federación de armadores y las cofradías han solicitado a la Administración que actúe de inmediato en defensa de los pescadores españoles.

Los incidentes no son nuevos pero sí su gravedad. Desde que el pasado 14 de septiembre los barcos gaditanos se echaran a la mar en virtud del nuevo convenio firmado entre la Unión Europea y Marruecos la flota andaluza apenas ha podido faenar en el lugar donde tienen licencia. El acoso de los barcos vecinos comenzó al segundo día. El primer día de altercados el Raquel y Sheila, con base en Barbate, fue rodeado por barcos marroquíes y uno de ellos cortó sus artes de pesca con sus hélices. Los daños fueron cuantificados en 3.000 euros.

Aquel grave episodio fue respondido con timidez por las Administraciones. La Junta pidió al Gobierno central que velase por la seguridad de los barcos españoles y recordó los derechos adquiridos con el pago de las licencias. El Ministerio de Medio Ambiente aseguró que contactó con autoridades marroquíes, las “más altas instancias”, en palabras del secretario de Estado de Pesca, Andrés Hermida. Pero las amenazas continuaron.

Lo ocurrido este lunes es un paso más en la escalada de tensión porque, según la versión de los marineros gaditanos, los barcos marroquíes habían accedido esta vez a aguas españolas. Fue allí donde los tripulantes del Muñiz se encararon con los marroquíes y los tripulantes de uno de los seis barcos del país norteafricano comenzó a arrojar piedras y otros objetos. “Eran muchas piedras pero también vimos que cogían botellas con gasolina con intención de quemarlas y hacer como cócteles molotov”, explicó desde el mar el patrón del Sirena, Manuel Pacheco, testigo de los acontecimientos.

Los armadores españoles avisaron a la Guardia Civil. “Han venido y han dicho que estábamos en aguas marroquíes y no podían actuar. Pero nosotros estábamos en aguas españolas. Hasta ha venido una patrullera marroquí y nos lo ha dicho”, se lamentó Pacheco.

El alcalde de Barbate, el socialista Rafael Quirós, se alineó en seguida con los pescadores. “Exijo que protejan a nuestros marineros. Empieza a correr peligro su integridad”. Quirós reclamó una declaración contundente de la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, y del subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, para condenar lo ocurrido. “Vendieron las bondades del acuerdo pero ahora nadie se hace responsable. Si no se hacen responsables, es mejor que dimitan”, sostuvo.

Esa respuesta que pedía el alcalde se limitó a un escueto comunicado en el que Carmen Crespo aseguró que el Gobierno está realizando “las comprobaciones para determinar dónde se han producido los sucesos y actuar en consecuencia”. La delegada aseguró que hechos como los denunciados “no son admisibles”. A pesar de su gravedad, los gobiernos español y marroquí no han cerrado aún la fecha definitiva de la comisión mixta que debe tratar de poner fin a este conflicto. El encuentro se esperaba para esta semana, aunque podría celebrarse, según varias fuentes, a principios de la que viene.