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Detenido un joven por los cinco apuñalamientos de Lleida

El joven de 21 años, nacionalidad española y estudiante de Medicina, se autoinculpa ante la policía Uno de los cinco heridos ha sido trasladado en estado grave al Hospital de la Vall d'Hebron

Alejandro Ruiz, un joven de Logroño de 21 años y estudiante de tercero de Medicina en la universidad de Lleida, fue ayer detenido por una patrulla de la Guardia Urbana después de que les confesara haber apuñalado el lunes a cinco personas en las calles de Lleida.

Ruiz se entregó ayer a las 20.15 horas a una pareja de la Policía local en la avenida Rovira Roure de la capital del Segrià. El joven detuvo a los agentes y confesó que era el responsable de los apuñalamientos que sembraron el miedo en la ciudad. Según fuentes cercanas a la investigación, el joven, presuntamente, apuñaló a las cinco víctimas y regresó a su piso de estudiante, cercano al lugar donde fue detenido. Una vez en casa prendió fuego a algunas de sus ropas y se fue. Sus padres, desde Logroño, denunciaron la mañana de ayer la desaparición del supuesto agresor, con quien no lograban ponerse en contacto. El detenido estudia Medicina en Lleida.

Fotograma de una cámara de seguridad de un banco de Lleida donde se ve al presunto agresor.
Fotograma de una cámara de seguridad de un banco de Lleida donde se ve al presunto agresor.

Las decenas de agentes de los Mossos d'Esquadra que peinaron ayer la ciudad no repararon en que en la comisaría ya tenían la fotografía del autor confeso de los apuñalamientos. Los padres de Alejandro Ruiz, al hacer la denuncia de la desaparición de su hijo, habían enviado una imagen suya a la policía autonómica. Los progenitores no sospechaban que su hijo fuera el autor de los apuñalamientos y lo único que sabían era que en las calles de Lleida había habido cinco apuñalamientos, que el piso de estudiante donde vivía su hijo había tenido un incendio y que este había desaparecido desde aquel momento y no lo localizaban.

El detenido fue, según su propia autoinculpación, el autor del incendio en su piso, próximo a la facultad de medicina de la Universitat de Lleida.

El lunes entre las 17.15 y las 18.15 horas apuñaló a cinco personas sin mediar palabra con ninguna de ellas. Las víctimas fueron una mujer de 40 años y de origen marroquí, tres hombres, de 26, 40 y 37 años, entre los que hay un sudamericano, un chino y un español. La quinta víctima fue un hombre paquistaní que ingresó en el Hospital Arnau de Vilanova con un cuchillo clavado en la espalda. Cuchillo ya está en manos de los Mossos y se han extraído de él las huellas dactilares. Estas deberían coincidir con las de Alejandro Ruiz.

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Tras apuñalar a cinco personas y quemar su piso, desapareció toda la noche hasta la tarde de ayer, en la que quedó detenido tras su autoinculpación.

Después de pasar un examen médico, la policía local trasladó al arrestado al hospital Arnau de Vilanova, el centro donde permanecen cuatro de sus víctimas, la quinta está en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona debido a la gravedad de las heridas provocadas por el cuchillo que tenía clavado profundamente en la espalda. Ruiz quedo ingresado en el área psiquiátrica del Arnau y bajo custodia policial después de que le fuera diagnosticado un brote psicótico.

Hasta que los médicos no lo consideren oportuno, no prestará declaración ni ante la policía autonómica ni ante el juez.

Ruiz quedo ingresado en el área psquiátrica del Arnau y bajo custodia policial después de que le fuera diagnosticado un brote psicótico

Algunos de los compañeros de facultad de Alejandro Ruiz aseguraban ayer que el detenido era una persona poco sociable y que no resaltaba entre el resto de alumnos.

Las horas previas a la detención del estudiante se caracterizaron por el pánico y la alarma social en Lledia. “Tengo mucho miedo, claro, pero no puedo quedarme encerrada en casa hasta que ese malhechor esté detenido”, razonaba Maria Soldevila, de 89 años. Ayer llamó por la mañana a su amiga Carme para que la acompañara a hacer la compra al colmado que hay a 30 metros de su casa.

Más de un centenar de agentes de los Mossos d’Esquadra, Policía Local y Policía Nacional peinaron desde el lunes todos los rincones de la ciudad para localizar al agresor.

El suceso sumió a la ciudad en un estado de sitio. Las calles se fueron quedando vacías a medida que la noticia se propagaba boca a boca o a través de las redes sociales. Algunos comercios cerraron las puertas antes de lo habitual y muchos padres fueron a recoger a sus hijos que hacían actividades extraescolares para que no volvieran solos a casa.

Desde el lunes por la tarde, cuando se produjeron las agresiones, la ciudad de Lleida vivió con angustia y desazón el hecho de que el asaltante vagara libre por la ciudad. La noche del martes, Lleida fue una ciudad fantasma. Por sus calles oscuras y solitarias solo se vieron los destellos de las decenas de vehículos policiales que desde la media tarde del lunes trataban de localizar al hombre que sembró el pánico acuchillando de forma indiscriminada y sin mediar palabra a cinco transeúntes que encontró en su camino.

Al final, el agresor confeso solo tiene 21 años y su piel no es tan oscura como algunos testigos aseguraban y precisaban que podría tratarse de una persona de origen magrebí. El jefe de la Región Policial de Ponent de los Mossos, Josep Lluís Rossell, convocó una rueda de prensa a última hora del lunes para tranquilizar a la población y frenar el alarmismo que se estaba generando desde las redes sociales al vincular los hechos al islamismo radical. El ministro del Interior, Jorge Fernández Diaz, declaró ayer a la Cadena SER que había más posibilidades de que el agresor fuera un perturbado que un lobo solitario islamista.

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