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El PP devuelve los toros a Sarria

Los organizadores también quisieron recuperar la elección de Reina de las Fiestas y al final desconvocaron el acto alegando que las jóvenes habían sido “amenazadas

Uno de los toros de la última corrida celebrada en Sarria, en 2009, es retirado con una grúa ante la protesta que se desarrollaba fuera.
Uno de los toros de la última corrida celebrada en Sarria, en 2009, es retirado con una grúa ante la protesta que se desarrollaba fuera. XOSÉ MARRA

Esta vez, Víctor Janeiro, hermano de Jesulín de Ubrique, llegó a hacer de regidor local sentado en el sillón de la alcaldía. Podría decirse que está como en su casa, en Sarria, este torero que encabezará mañana a las seis y media el cartel de la corrida de San Xoán, con el francés Marc Serrano y José Miguel Callejón como rejoneador. Janeiro toreó ya en varias ocasiones en la localidad, antes de que en 2007 el anterior gobierno tripartito (PSdeG-BNG-Partido Galeguista) acordase retirar la financiación pública a las corridas. Y a finales de 2005 volvió a ser noticia en la villa por un rifirafe que protagonizaron él y su hermano Humberto cuando pasaron, sin traje de luces, haciendo el Camino de Santiago. Los peregrinos Janeiro fueron expulsados del albergue público por la encargada. Dentro hubo un enfrentamiento del que se dieron versiones contrarias. La prensa contó entonces que hubo insultos. Y mientras ellos decían haberla llamado “flamenca”, la mujer aseguró que le dijeron “bruja”.

Hace ya más de un mes que el matador, acompañado de su novia, Beatriz Trapote (que sale en la tele), y el monfortino José Manuel Parada (que también), volvió a Sarria para darle pompa al anuncio de las fiestas, que con el PP recién llegado al Gobierno local y con el programa cerrado con el tripartito no pudieron rescatar los toros en junio de 2011 para el San Xoán. “La Sevilla gallega”, se jactan algunos vecinos amantes del folclore importado de que le llaman a Sarria por ahí. Pero ya entonces, en las últimas fiestas sin toros, el PP prometió que la cosa iba a cambiar.

Aquí suele ocurrir que cada movimiento en el Gobierno local trae aparejada la renovación de la comisión de fiestas, brazo ejecutor que canaliza la inversión municipal. Con el PP, llegó la Asociación Xuvenil Xaora, y esta, con un presupuesto procedente del consistorio de 110.000 euros (más corto que otros años por la crisis), contrató a Melendi, a Karina y al empresario taurino Juan Santos (que también frecuenta la tele). Además, convocó una gala para elegir, después de 12 años sin hacerlo, una esplendorosa Reina de las Fiestas.

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También por intercesión de Juan Santos, iban a presidir la gala Jesulín y su mujer, María José Campanario, así todo quedaba en familia. Pero al final, hace unos días, se supo que la elección de guapa de la comarca quedaba suspendida. Según José López, presidente de Xaora, fue porque recibieron “un par de cartas de grupos feministas” y porque “hubo dos o tres chicas a las que amenazaron; empezaron a insultarlas; les metieron miedo”. Un miembro de la oposición municipal explica en cambio que el PP “esperaba 30 candidatas y solo se presentaron cuatro, entre las que había una colombiana y una marroquí. De aquí no había más que una”. “Fue un auténtico fiasco, una cosa surrealista”, sigue, “el concejal coordinador de fiestas iba de bar en bar intentando convencer a las chicas de que se presentasen”.

Los colectivos que llevan meses mostrando su repulsa a las corridas en Sarria (Galicia, Mellor sen Touradas, Sarria Antitaurina y Galiza Nova) no han logrado en cambio que se suspenda el sacrificio público de unos toros (Sarria adquirió ocho astados de 500 kilos) que el propio edil de Xuventude fue a elegir a una dehesa salmantina. Mañana, desde las 17 horas, están previstas dos manifestaciones de protesta que acabarán cercando el ruedo portátil que se ha instalado en la rúa Castelao. A muchos les ofende también la elección de esa calle.

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En Galicia solo hay corridas en Pontevedra, A Coruña, Padrón, Sarria y, últimamente, Muíños. Xaora habla de “tradición de 100 años”, pero la celebración, en Sarria, ha sido bastante discontinua. A principios de los 70, aquello pareció asentarse un poco y fue un fiestón nacional porque en la plaza portátil torearon Palomo Linares y El Cordobés. Cuando el tripartito decidió no pagar más lidias, el promotor taurino de Ávila que siempre trae los morlacos a Sarria lo organizó por su cuenta y riesgo y, efectivamente, la aventura se reveló arriesgada. Al año siguiente, ya no quiso hacer el primo, y cubrió sus gastos a escote un grupo de empresarios locales. De nuevo, la corrida fue deficitaria, y hubo que esperar a la vuelta del PP para que la comisión llamase otra vez a Juan Santos. Se han puesto a la venta 3.000 localidades de 30 euros, y Xaora promete que le van a salir las cuentas y que los toros lograrán “autofinanciarse”.

Mañana, en la rúa Castelao, se auguran estampas antológicas como las de la última corrida, en 2009. Las reses muertas volando en grúa a la vista de todos. Fuera, cien personas protestando. Arriba, en lo alto del coso, gente con megáfono insultando a los de fuera. La Guardia Civil velando por la fiesta, y hasta el Seprona, que está para proteger la naturaleza, custodiando a los toreros, que llegan engominados, vestidos, con sus medias rosas, en paseíllo. Ellos y los manifestantes no parecen seres del mismo mundo.

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