El 13% de la plazas para especializarse en medicina de familia quedan vacías
Los licenciados en Medicina no tienen interés en trabajar en Atención primaria. El resultado de las pruebas para MIR (médico interno residente) del año pasado muestran que de 1.859 plazas ofertadas para cursar la especialización, un 13% (253) han quedado vacantes. La cifra es el equivalente al total para el que no hubo candidatos en 2005 y 2006.
La especialidad de Medicina de Familia (el primer facultativo que ve a un paciente, el de los ambulatorios) es prácticamente la única en la que faltan aspirantes. Ello es una señal preocupante para la programación de la profesión. En teoría, la Primaria es la puerta de entrada en el sistema sanitario. A menos médicos, habrá más esperas y menos tiempo para la atención: justo lo contrario de lo que los propios profesionales llevan un lustro pidiendo, desde la llamada Plataforma 10 minutos a las últimas movilizaciones de Femyts y otros sindicatos.
Además, apunta a un hecho que ya ha sido denunciado por la Organización Médica Colegial (OMC): en especialidades donde no hay suficientes aspirantes, es posible conseguir plaza aunque se suspenda el MIR. Ello no quiere decir que se trate de médicos suspendidos (han tenido que acabar la carrera), pero sí que el filtro de calidad que se le supone al sistema se pierde.
Los datos, que dio a conocer ayer Diariomedico.com, son el último síntoma del malestar. Y muestran que algunas propuestas, como la de crear nuevas facultades de Medicina -sólo la Comunidad de Madrid ha dado permiso para crear cuatro más- no es la solución.
En esta línea se han pronunciado recientemente tanto el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina como la OMC como la Federación de Asociaciones para la defensa de la Sanidad Pública. También fuentes del Ministerio de Sanidad discrepan de esta política, por lo que tiene de privatización de la enseñanza y porque supone una fuerte inversión para una apuesta -tener más médicos- cuyo objetivo no se sabe si está bien evaluado, ya que en este momento ni siquiera hay un cálculo exacto de la demanda de profesionales por parte de los sistemas de salud autonómicos.
La OMC insiste en que hay que trabajar en una línea mucho más complicada: reorientar las vocaciones. "El problema no es de falta de médicos, sino su distribución", insiste la organización en una nota. Medidas como favorecer la movilidad -que un médico pase unos años fuera de su comunidad si más adelante puede volver a la suya- puede ser un camino.
Además, hay pronósticos que no se están cumpliendo: las estimaciones indicaban que con la feminización de la medicina -las estudiantes son mayoría- esta parte más directamente asistencial del trabajo estaría más solicitada, pero los números indican que no es suficiente. Habrá que fomentar esta salida, y para ello tendrán que mejorar las condiciones de trabajo.
Un reciente estudio de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Salud Pública indicaba que el número de habitantes por cada médico de primaria ronda los 1.400, aunque hay comunidades que tienen una tasa que duplica la de otras. Por ejemplo, según este trabajo, la proporción en Castilla y León es de 921, mientras que en Baleares supera los 1.800.
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