El cura de Toledo da marcha atrás
El Arzobispado rectifica la decisión de un párroco de negar la catequesis a los niños que cursaran Educación para la Ciudadanía
Que los niños de Villanueva de Bogas (Toledo) hagan la catequesis ya no dependerá de cursar o no una asignatura de la enseñanza obligatoria. El cura de la localidad, de unos 800 habitantes, había hecho llegar una carta a los padres advirtiéndoles de que podría negar la catequesis (paso previo para hacer la primera comunión o la confirmación) a los niños que no presentaran en el colegio objeción de conciencia a la nueva asignatura, obligatoria por ley, de Educación para la Ciudadanía. Pero ayer dio marcha atrás a través de una nota del Arzobispado de Toledo.
El párroco "rectifica lo expresado literalmente en su carta, y aclara que no pretende excluir a nadie -que esté en las debidas condiciones- de la recepción de los sacramentos. Este es su verdadero pensar y sentir", dice el texto. Después de dejar claro que la primera comunión no está supeditada al rechazo a la asignatura, la nota insiste en que los obispos de Toledo defienden es que esa objeción es "un derecho de los padres que no se puede impedir ni imponer".
Los padres que objeten estarán "contribuyendo al bien común", ha escrito Cañizares
Algo con lo que el Gobierno no está en absoluto de acuerdo. A la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, le parece "verdaderamente inédito e inaudito" que alguien piense que la ley tiene excepciones, dijo ayer tras el Consejo de Ministros. "Todos los ciudadanos y todas las instituciones tienen que respetar y cumplir la ley, y respetar las instituciones democráticas de las que emana la ley", en este caso, la de educación, añadió.
Pero más allá de la amenaza rectificada del cura de Villanueva de Bogas, lo cierto es que los obispos siempre han animado a no cursar la nueva asignatura. "Estando en juego la educación de vuestros hijos y la libertad de educación, los padres podéis tener por seguro que si optáis por la objeción de conciencia estaréis también optando por la defensa de vuestros hijos, por la tutela de derechos fundamentales y contribuyendo al bien común", escribió recientemente en una carta pastoral el arzobispo de Toledo y cardenal primado de España, Antonio Cañizares. Aunque la asignatura aún no se imparte, ya hay familias que han presentado esa objeción en los colegios.
"No entiendo que desde el ámbito parroquial se llame a la desobediencia civil. Me parece irresponsable que lancen a las familias a un camino tan arriesgado como es el de la objeción de conciencia", declaró ayer el secretario general del Ministerio de Educación, Alejandro Tiana. En lugar de ese camino, animó a las organizaciones que estén en contra de la asignatura a recurrir a la vía judicial, uno de los mecanismos que ofrece la democracia para "expresar las discrepancias". La objeción de conciencia es, efectivamente, algo que asume individualmente cada padre. Y serían sus hijos los que no podrían ser evaluados y, por lo tanto, no podrían ni pasar de curso ni obtener el título de enseñanza obligatoria.
Sobre los contenidos de la asignatura, Tiana aseguró una vez más que se respetan las leyes y la Constitución. Educación para la Ciudadanía, que se estudiará en un curso de primaria y otro de secundaria a partir del curso próximo o el siguiente, dependiendo de la comunidad, enseñará las relaciones personales, la vida en comunidad, la igualdad entre hombres y mujeres, la Constitución o los Derechos Humanos.
La carta pastoral de Antonio Cañizares muestra las interpretaciones que los obispos hacen de esos contenidos, los cuales rechazan frontalmente. Por ejemplo, consideran que enseñarán ideas "laicistas", que "impone unos criterios propios del relativismo" o que se hablará de la homosexualidad: "[La nueva materia] impone, además, la ideología de género, que, aparte de otras cosas, distorsiona la verdad de lo que es el hombre, desestructura la identidad de la persona y esconde una visión de la constitución de la persona más ligada a las llamadas orientaciones sexuales, que al sexo".
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