El conflicto sobre las capillas crea tensión en las universidades
La invasión de un oratorio de la Complutense desata las críticas contra su rector - Un manifiesto pide el fin de los espacios religiosos en campus públicos
La irrupción de unas 50 personas durante un rezo en la capilla del campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid ha irritado a los sectores católicos y conservadores -algunas asistentes se desnudaron y gritaron consignas como "menos rosarios y más bolas chinas"-. En medio de un ambiente preelectoral tanto en la Comunidad de Madrid como en la propia Complutense, el asunto ha levantado la polémica, con petición de dimisión al rector por parte del Gobierno regional y gestos de reprobación y apoyo desde distintos sectores a la performance ocurrida el pasado jueves.
La polémica ha reactivado el debate sobre la existencia de capillas católicas integradas en centros públicos, como son las universidades, con rebrotes de protestas estudiantiles en la Universidad de Barcelona, donde ya hubo movilizaciones a finales del año pasado.
Un grupo de profesores califica el acto contra "la libertad religiosa"
En la Universidad de Barcelona ha habido protestas de alumnos sin incidentes
Pablo Laguna, alumno de la Universidad de Granada, ha impulsado recientemente el grupo UGR Laica y está en contacto con estudiantes de universidades de Madrid, Barcelona, Zaragoza y Salamanca para organizar movimientos similares. El grupo ha lanzado junto a Europa Laica un manifiesto titulado Por una Universidad Pública y Laica cuyo segundo punto dice: "Capillas. No debe haber ningún espacio de culto propio de la Universidad". Este manifiesto ya cuenta con más de 1.100 adhesiones, tanto de alumnos como de profesores.
No está claro cuántas capillas quedan en las universidades públicas españolas, en cuántas de ellas se ofrecen misas y otros actos religiosos (como en la de Salamanca, Barcelona o Sevilla, por ejemplo) y en cuantas permanecen abiertas, pero con el espacio desacralizado. En cualquier caso, sus detractores las quieren todas fuera de la universidad pública.
En Madrid, al menos dos de las seis universidades públicas (Complutense y Politécnica) tienen capillas. La Complutense, la mayor universidad presencial de España, tiene cinco en virtud de un convenio con el Arzobispado de Madrid. El rector, Carlos Berzosa, ya ha manifestado que su opinión personal es que las capillas deberían salir de las instituciones educativas públicas, pero desde que llegó al cargo hace ocho años mantiene el acuerdo con la Iglesia. Al menos dos facultades (Psicología y Geografía e Historia) le han pedido de forma oficial que se cierren las capillas que hay en sus sedes, afirman sus respectivos decanos, Luis Enrique Otero y Carlos Gallego.
Tras lo ocurrido el pasado jueves en Somosaguas, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, reclamó la dimisión de Berzosa por no controlar el incidente. El rector, de ideología de izquierdas, respondió apelando a la autonomía universitaria y acusó al ejecutivo del PP de avivar una campaña contra él a menos de un mes de las elecciones a rector, que se celebran el 6 de abril.
La Asociación para la Investigación y la Docencia Universitas condenó ayer los actos de la semana pasada por quebrantar "gravemente la libertad religiosa y la libertad de expresión" y se quejó de que la respuesta del rectorado ha sido "insuficiente". La asociación destacó la importancia de la "misa de desagravio" que se celebrará mañana en la capilla de Psicología, convocada por la Pastoral Universitaria de Madrid.
Por el contrario, la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores se ofreció a prestar apoyo jurídico a aquellas personas que se vean inmersas en procedimientos legales por su participación en la performance del pasado jueves. "Es un sinsentido que haya una capilla, de cualquier religión, en un centro público en el siglo XXI", dijo el presidente de la asociación, Luis Vega, informa Europa Press.
En la Universidad de Barcelona, Albert Bellido, miembro de la asamblea de alumnos contrarios a la capilla del campus, afirmó que esta debería desaparecer y añadió que pueden volver las protestas la semana que viene, aunque de "manera pacífica". La capilla está en un aula de estudio en la Facultad de Economía y celebra misa tres días por semana. Algunos alumnos ya protestaron a finales del año pasado y el lunes retomaron la protesta, pero no se han producido incidentes. Ayer se celebró misa en esta capilla, sin que se produjeran incidentes.
En las universidades públicas catalanas, solo la UB tiene capillas en sus centros. La citada de Económicas y la ubicada en edificio central, junto al rectorado. Ambas son fruto de un convenio firmado en 1988 entre la universidad y el Arzobispado de Barcelona. Un portavoz de la UB dijo que el convenio, que incluye las dos capillas en sus centros, sigue en vigor y no está previsto rescindirlo. Añadió que en la década de los sesenta había aulas-capillas en otras facultades, pero fueron desapareciendo. Algo parecido ha ido sucediendo en distintos puntos de España. Por ejemplo, en el País Vasco no hay. Y en la Universidad de Valencia las tres que existían han desaparecido o tienen nuevos usos.
Sin embargo, estos espacios católicos siguen presentes en numerosas facultades, como la de Filosofía y Letras de Alicante -que según fuentes del rectorado se usa solo para ceremonias "excepcionales", la muerte de profesor o un alumno- o la de Salamanca, donde se celebran misas y bodas. También hay capilla, por ejemplo, en las universidades de Valladolid y Zaragoza. En Andalucía, la universidad de Sevilla, tiene una en el edificio del rectorado y una iglesia (iglesia de la Anunciación) en el edificio donde está la Facultad de Bellas Artes. Hacen cultos y en ambas hay hermandades en las que salen procesiones de Semana Santa.
Con información de Sebastián Tobarra (Barcelona), Ezequiel Moltó (Alicante) y Reyes Rincón (Sevilla).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.