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Reportaje:

Un botellazo por "maricón"

Un grupo de chicos ataca a una pareja de gays que iban del brazo en el centro de Madrid

Después de años dedicado al estudio de la homofobia, José Ignacio Pichardo la vivió el pasado viernes por la noche en sus propias carnes. Pichardo, de 35 años y "no muy alto", según su propia descripción, iba a tomar el metro con su pareja en una estación del centro de Madrid cuando fue atacado por tres chicos después de que se cogiera del brazo de su novio para bajar unas escaleras. Ayer, mientras esperaba para ver a un abogado del Servicio de Atención a Gays, Lesbianas y Transexuales de la Comunidad de Madrid, contaba la historia.

"La verdad es que no recuerdo nada. Todo lo que sé es porque me lo ha contado Jose, mi pareja", relataba ayer este investigador en Antropología en la Universidad Autónoma de Madrid. En su parte de lesiones figuran múltiples contusiones, heridas por cortes en la cabeza y la cara, varios puntos en una oreja y "un chichón" en el lugar donde impactó una botella de güisqui, la primera arma que usaron los agresores. "También perdí la memoria inmediata, aunque me han dicho que eso es normal. Preguntaba qué me había pasado, y a los dos minutos volvía a pedir que me lo repitieran", cuenta.

"Curiosamente, llevaba la mochila llena de libros sobre cómo combatir la homofobia. Ellos hicieron de escudo cuando caí al suelo y empezaron a darme patadas y puñetazos en la espalda", dice Pichardo, quien precisamente fue uno de los autores del informe sobre la discriminación de los gays y lesbianas que presentó antes de verano el Colectivo de lesbianas, Gays y Transexuales de Madrid (Cogam).

En plena calle

La agresión ocurrió a las 22.30, cuando Pichardo y su pareja volvían del cine. Al llegar a una plaza que hay frente a la estación de Príncipe Pío, cerca del Palacio Real, Pichardo, que tiene problemas en el talón de Aquiles, se cogió del brazo de su novio para bajar unas escaleras. "Entonces aparecieron tres jóvenes, que al grito de 'maricones, bujarras y payasos' nos atacaron", relata.

Pichardo cayó al suelo inconsciente, y los tres muchachos la emprendieron a patadas y puñetazos. "Fue todo muy rápido", relata Pichardo, quien reconstruye la historia con la ayuda de su pareja. "Cuando Jose me quitaba a uno de encima, me atacaba otro. Sólo pararon cuando mi chico echó mano a la mochila para sacar el móvil y llamar a la policía. Debieron pensar que iba a sacar otra cosa", cuenta el hombre.

El activista gay desmiente que fueran "provocando" por la calle. "No íbamos del brazo, pero, aunque así fuera, no hay provocación en que dos hombres vayan agarrados. Sólo me cogí a Jose para bajar las escaleras", insiste. También quiere destacar que los agresores eran "normales". "Ni inmigrantes, ni gitanos, ni skins ni de ninguna minoría; que nadie se excuse eso para justificar el ataque", repetía ayer convencido.

"Si quieren buscar un culpable, que piensen en las personas que, con sus mensajes, incitan a la homofobia, como la Iglesia católica o el Partido Popular".

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