Un antropólogo italiano denuncia la creación de híbridos entre el mono y el hombre
El catedrático de Antropología de la universidad de Florencia Brunetto Chiarelli ha denunciado que no sólo es posible realizar un cruce entre un hombre y una hembra de chimpancé, sino que ya se ha experimentado en Estados Unidos, aunque los científicos norteamericanos interrumpieron el embarazo antes de que llegara a su fin. Se podría de este modo producir lo que el antropólogo llama seres subhumanos, que estarían a mitad de camino entre el mono y el hombre.
La noticia la lanzó el pasado lunes el semanario L'Espresso y ha tenido un enorme eco en toda la Prensa italiana, movilizando a científicos, sociólogos y moralistas. Según Chiarelli, desde el punto de vista genético no existen especiales dificultades, ya que los cromosomas del chimpancé son muy parecidos a los del hombre. De hecho, el chimpancé tiene sólo dos más, es decir, 48, en vez de 46, y según el científico italiano ya han dado resultado los cruces entre primates muy alejados entre sí en la escala biológica, concretamente entre uno de 44 cromosomas y otro de 50 cromosomas. El antropólogo asegura que se les utilizaría para que realizaran los trabajos desagradables y para usarlos como banco de órganos para trasplantes.Pero lo que más ha avivado la polémica es que el antropólogo florentino ha añadido: "Si de verdad desea saberlo, me consta que un experimento de cruce entre hombre y chimpancé ya ha sido realizado en un laboratorio de Estados Unidos, pero no me pregunte qué nació de él. La gravidez fue interrumpida antes de tiempo, probablemente porque en el último momento se asustaron frente a un ser vivo que hubiese puesto en duda la unicidad del hombre en la creación".
En lo que se refiere a cómo podrían obtenerse estos seres subhumanos, Chiarelli explicó que se trataría del mismo procedimiento utilizado para la producción de niños en probeta: la inseminación artificial de espermatozoides humanos en una hembra de chimpancé. Posteriormente, el antropólogo ha insistido en que no desea revelar el lugar donde se ha llevado a cabo el experimento de fecundación artificial de una chimpancé con esperma humano, añadiendo: "Hoy los sueños de los científicos pueden ser una realidad".
Una nueva ética
Chiarelli considera necesaria una nueva ética que regule la nueva ciencia de la biogenética. "Estamos frente a un descubrimiento científico que no puede considerarse ni bueno ni malo", ha añadido, "al igual que cuando se descubrió la fuerza atómica, lo importante es el uso que se pueda hacer de ello, y que lo que hace falta es que sobre estos nuevos experimentos decida la comunidad humana".Rita Levi Montalcini, último premio Nobel de Medicina , ha comentado secamente: "Me da asco". Por su parte, Vittorio Sgaramella, del departamento de genética y microbiología de la universidad de Pavia, ha afirmado que "no existe certidumbre sobre estos experimentos, y hablar de ello es irresponsable". También Arturo Falaschi, director del Instituto de Genética y Bioquímica Evolucionista de la misma ciudad, ha afirmado que no se trata de ingeniería genética, sino simplemente de la reproducción", y que, según su parecer, existen aún impedimentos no desdeñables para poder fecundar con semen humano una chimpancé.
La Iglesia católica ha hablado por boca de monseñor Elio Sgreccia, catedrático de Bioética de la universidad Católica de Roma, afirmando que se trataría de "un delirio que supondría la superioridad, incluso biológica, de la bestialidad sobre la especie humana", añadiendo que estos experimentos demuestran que la Iglesia no debe permitir ningún tipo de manipulación genética ni de inseminación artificial.
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