La máquina de hacer billetes de la NBA
La liga estadounidense cuenta con unos ingresos 18 veces superiores a la Euroliga y propone mejorar el retorno económico a los principales clubes europeos


El colosal negocio de la NBA, que pretende extender sus tentáculos multimillonarios a Europa, no tiene punto de comparación alguno con el panorama de las ligas de baloncesto del continente. La cuenta de ingresos anual de la liga estadounidense, de 12.000 millones de euros, es 18 veces superior a la de la Euroliga y supera el PIB de medio centenar de países del mundo. Solo la NFL, la liga de fútbol americano en Estados Unidos, puede presumir de mejores cifras. LaLiga, quinta en la tabla con unos ingresos que han superado los 5.000 millones de euros, pone en perspectiva el poder económico sin parangón de los estadounidenses.
La organización que se tambalea con los planes anunciados este jueves por Adam Silver, comisionado de la NBA, y Andreas Zagklis, secretario general de la FIBA, es una Euroliga que recibe el peor de los regalos para su 25 aniversario. La máxima competición continental de baloncesto en Europa declaró unos ingresos de 665 millones de euros en 2022 (inferiores a los de las segundas divisiones del fútbol inglés o alemán), y las previsiones más optimistas preveían batir la barrera de los 1.000 millones en 2026, año en el que la potencial NBA europea pretende celebrar su temporada inaugural.
La propuesta, todavía en fase incipiente, no aspira a revolucionar el tablero deportivo, sino simplemente atacar mejor el potencial económico del segundo deporte más seguido en Europa por detrás del fútbol y multiplicar la cuenta de ingresos de sus principales clubes. “Hay un gran hueco, creo, entre el volumen de interés por el deporte y su desarrollo en términos de cómo operamos una liga aquí en Estados Unidos”, señalaba Silver desde Nueva York. A su lado, Zagklis fue todavía más directo: “Hemos concluido que el impacto mediático y comercial del deporte no está a la par con su popularidad y éxito a nivel deportivo”.
El principal reclamo de la nueva competición sería, sin duda, monetario. El sistema esbozado, con 12 equipos fijos y cuatro invitados, no dista demasiado del modelo actual de la Euroliga. Las normas, avanzaron las partes, serían las mismas que el baloncesto FIBA. Silver sí deslizó algunas variables de la propuesta de valor de la NBA para los clubes participantes: entrar en el mercado de las plataformas de contenido, explorar el universo de las apuestas y atraer inversores para construir nuevos pabellones. El reciente acuerdo televisivo de la liga estadounidense, de 70.000 millones de euros por 11 campañas, ha multiplicado por 2,5 los ingresos anuales actuales por este concepto, y el cambio de Adidas a Nike como proveedor oficial de equipación en 2017 representó un incremento del 245% en la cuenta de beneficios, que superan ya los 1.000 millones por este concepto.
Es evidente que la NBA es una máquina de generar billetes, y otras métricas de récord lo confirman: en la temporada 2023-2024, generó 1.500 millones en acuerdos comerciales corporativos; los Golden State Warriors, su franquicia más lucrativa, ingresó 750 millones, una cifra solo alcanzada en el pasado por los Dallas Cowboys (NFL), el FC Barcelona y el Madrid; los campeones Boston Celtics acaban de venderse por 5.500 millones, el precio más alto jamás registrado para un equipo deportivo. Y 12 de sus 30 franquicias forman parte de los 50 equipos de mayor valor en todo el mundo, con el Madrid y el Barcelona siendo los únicos representantes españoles, según Forbes.
Ettore Messina, histórico entrenador del baloncesto europeo, tildó de “interesantes” los planes de la NBA y la FIBA tras la derrota del Milán contra el Barcelona en LA Euroliga. “Hay que intentar encontrar una solución y terreno común con la FIBA y la NBA. Cuando Adam Silver habla de hacer algo en Europa, considerando su poder, tanto el técnico como el económico, y viendo lo que han organizado en África, estoy preocupado. No me gustaría volver al 2000, cuando teníamos dos ligas”, apuntó el preparador hace meses.
Dentro del presupuesto mastodóntico que maneja la NBA, unos 225 millones de dólares se destinan actualmente a sus otras competiciones: la G-League, su liga de desarrollo; la WNBA, su liga femenina; y la Basketball Africa League (BAL), espejo africano de sus planes europeos. Para solidificar estos tres proyectos, la liga prevé unas pérdidas de tan solo ocho millones este año. La liga europea, a todas luces, sería para la organización otro apéndice en sus cuentas, incluso perdiendo dinero. La BAL, fundada en 2019, ha conseguido implantar una competición de 12 equipos de 12 países distintos en el continente africano, hasta ahora un páramo para el baloncesto, que ha alcanzado ya una valoración de 1.000 millones de euros. El siguiente paso para la NBA es conquistar Europa.
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