La Sociedad Española de Epidemiología descalifica el informe de la 'comisión Lamela'
"Los datos no avalan esas conclusiones", afirma el dictamen de expertos independientes
La Sociedad Española de Epidemiología ha elaborado un informe que desacredita de principio a fin el que elaboraron los expertos nombrados por el consejero de Sanidad de Madrid, Manuel Lamela (PP), sobre las sedaciones en el hospital de Leganés y que halló 73 supuestos casos de sedación irregular. La sociedad concluye, en un informe remitido al fiscal, que los expertos de Lamela cometieron "errores metodológicos" y que "los datos no permiten llegar a esas conclusiones". La comisión Lamela justificó sus conclusiones porque los pacientes con más dosis de sedantes fallecían antes. Los epidemiólogos replican: "Los pacientes más graves, los que se mueren antes, reciben más dosis de sedantes debido precisamente a la gravedad de su situación".
El nuevo informe ha sido pedido por la Junta Técnico Asistencial del hospital, que agrupa a los jefes de servicio del centro, y ha sido remitido al fiscal, según fuentes del caso. Los seis miembros de la comisión Lamela, designados por la consejería, revisaron 170 historias clínicas de fallecidos en urgencias y, sin llamar a ningún médico ni familiar, concluyeron que había 73 casos de sedación irregular. Con este informe, Lamela presentó una denuncia ante el juez y desactivó la investigación del fiscal. Previamente y tras una denuncia anónima, Lamela había destituido a la cúpula del centro y al coordinador de Urgencias.
La Sociedad Española de Epidemiología nombró a cuatro expertos para evaluar el informe previo. El presidente de la sociedad, Ildefonso Hernández, coordinó al profesor de Salud Pública de la Autónoma de Barcelona Andreu Segura; al investigador de la Escuela Valenciana de Salud Salvador Peiró; a la jefa de Epidemiología de la Consejería de Sanidad de Murcia, del PP, María José Tormo, y al profesor de Medicina Preventiva de Zaragoza Carlos Aibar.
El informe destaca las publicaciones de los cuatro autores en el tema porque en el informe Lamela "no se indica la entidad de los expertos, no se menciona su experiencia previa y competencia en contenidos similares, no se informa sobre su conocimiento científico". En ese tono crítico, desmonta punto por punto y a lo largo de 15 folios, a la comisión Lamela.
La Sociedad de Epidemiología afirma que el método de revisar historias clínicas tiene problemas de "sesgos de información" que predisponen para encontrar mala práctica médica. Estos sesgos se pueden subsanar con normas internacionalmente establecidas, pero la comisión Lamela "ha obviado la mayor parte", según la sociedad. "No consta la revisión sistemática de la literatura que permita diferenciar los criterios basados en evidencias científicas" de las opiniones médicas, ya que no fijan "criterios objetivos".
Y si el método es "incorrecto", los resultados son "inconsistentes". "Lo más destacable de los resultados del informe son las inconsistencias en las cifras", afirma. "Descartada la posibilidad de obtener una asociación estadística válida, es ocioso tratar de establecer relaciones entre sedación y muerte. La afirmación de que 73 intervenciones no se adecuaron a la lex artis no se ha efectuado de forma metodológicamente correcta. La atribución a una incorrecta indicación y al empleo de excesivos fármacos con dosis elevadas es inconsistente".
Interpretación errónea
La explicación es sencilla: la comisión Lamela relacionó la muerte con la dosis elevada de sedantes y concluyó que esas sedaciones eran incorrectas. "La asociación estadística puede interpretarse perfectamente como que los pacientes más graves, es decir los que se mueren antes, reciben más dosis de sedantes debido precisamente a la gravedad de su situación. [...] Es diferente que los pacientes fallezcan debido a tener más medicación o que los pacientes con mayor riesgo de fallecer lleven más medicación".
El informe recuerda a la comisión Lamela que "el adelantamiento del fallecimiento como efecto secundario de la sedación es absolutamente aceptable" y dice que no es ético "el uso insuficiente de la sedación si de ella se deriva un exceso de sufrimiento".
Además, los expertos de la sociedad afirman que la comisión Lamela no tuvo en cuenta el peso de los pacientes (un factor clave para analizar las dosis) ni el estado de la enfermedad (si el cáncer estaba muy avanzado o no).
Sobre el resto de conclusiones (que las sedaciones no indicadas fueron realizadas "por un reducido número de médicos", que "hay irregularidades y discrepancias entre los médicos y en las historias clínicas" o que "no se siguieron las recomendaciones del hospital"), el informe dice que "no tienen nada que ver con la información que estudiaron los expertos".
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