EL PAÍS fusiona las redacciones del diario y de Internet
Cebrián anuncia el mayor cambio estructural en el periódico desde 1976
La industria de los periódicos, nacida en el siglo XIX de la mano de la revolución industrial, se ha acabado. Los cambios tecnológicos y la crisis económica global amenazan su supervivencia si no afrontan una reforma a fondo. En este contexto, EL PAÍS se refunda y pone en marcha un gran cambio cultural para ganar en competitividad manteniendo su independencia. Así lo anunció ayer su consejero delegado, Juan Luis Cebrián, a la redacción, durante una reunión en la que estuvieron presentes todos los directores que ha tenido el periódico desde su nacimiento, en 1976 (el propio Cebrián, Joaquín Estefanía, Jesús Ceberio y el actual, Javier Moreno), además del director general desde hace 10 años, Pedro García Guillén.
Una nueva empresa creará contenidos para todos los soportes
"En cinco años, con toda seguridad existirán periódicos escritos. Dentro de 10, si se hacen las cosas precisas, a lo mejor, probablemente sí. En 15, no estoy seguro de que sigan existiendo tal y como los conocemos. Existirán si luchamos para que existan", explicó Cebrián. Para ello, la empresa ha diseñado "un nuevo modelo organizativo" que persigue modernizar la estructura de producción del diario y poner fin a un formato integrado verticalmente que es "anticuado, obsoleto y esclerótico". El nuevo sistema se materializará el próximo 1 de marzo.
De esta manera, EL PAÍS se convertirá en una empresa de producción de contenidos de calidad para papel, Internet y teléfonos móviles. Para llevar a cabo este proceso Cebrián anunció la integración de las redacciones de papel y de Internet. Hasta ahora, los trabajadores de ELPAÍS.com están vinculados a Prisacom, que agrupa las actividades en Internet de los medios de comunicación del Grupo PRISA. Este proyecto, en el que trabajarán alrededor de 500 profesionales, estará dirigido por Javier Moreno.
La nueva organización supone la creación de otras dos empresas: una de ellas prestará servicios administrativos y tecnológicos y abarcará el departamento de recursos humanos y de distribución (contará con una plantilla de 200 personas). La otra aglutinará el área de producción y asumirá las tareas relacionadas con rotativas, papel, cierre y mantenimiento (con unos 150 empleados). Las tres empresas se ubicarán en edificios de la actual sede de EL PAÍS en Madrid.
"Es un plan de supervivencia", insistió Cebrián. El consejero delegado aseguró que EL PAÍS "tiene la obligación" de hacer frente al desafío empresarial para que siga siendo un instrumento clave en "el proceso de formación de la opinión pública" y en "la construcción del universo cultural y socioeconómico que ha supuesto desde la transición tanto en España como en Latinoamérica". "Es la única forma viable para que dentro de 10 años siga existiendo, y para ayudar a la supervivencia del resto de la prensa escrita", añadió.
Cebrián manifestó su intención de abordar este proceso sin pérdidas de empleo, pese al impacto de la "crisis coyuntural fortísima" que azota a todo el planeta y que "puede dejar pequeña la depresión de los años treinta". Además de la construcción y el sector automovilístico, los medios de comunicación sufren de lleno el impacto de la crisis. "La tasa de mortalidad de los periódicos es altísima. La fiesta ha terminado para todos. Hay que afrontar cambios estructurales en la prensa", concluyó Cebrián.
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