Obama ratifica una declaración de la ONU para despenalizar la homosexualidad
"Lo importante es respetar los derechos humanos", afirma un responsable de la Casa Blanca
En un nuevo paso para revertir las medidas más polémicas de su predecesor en materia de derechos humanos, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordenó ayer la ratificación de una declaración de las Naciones Unidas que exige la despenalización internacional de la homosexualidad, un texto que George Bush se negó a firmar, según informó ayer el Departamento de Estado.
"EE UU es un claro defensor de los derechos humanos y un crítico de los abusos contra estos mismos derechos en el mundo. Como tal, nos unimos al resto de naciones que apoyan esta declaración y seguiremos recordando a los demás países lo importante que es respetar los derechos humanos de la ciudadanía en todos los foros internacionales pertinentes", dijo ayer el portavoz del Departamento de Estado, Robert Wood.
En el texto, que no es vinculante y que ha sido ratificado por otros 66 países, entre ellos los de la Unión Europea, se dice que "el principio de la no discriminación requiere que los derechos humanos se apliquen a cada ser humano sin importar su orientación sexual o identidad de género". "Nos preocupa profundamente la violación de derechos humanos y libertades fundamentales basada en la orientación sexual o la identidad de género", añade.
Cuando se presentó el texto en la Asamblea General, el pasado mes de diciembre, el observador permanente del Vaticano en este organismo, el arzobispo Celestino Migliore, orquestó una campaña de oposición a la que, entre las naciones desarrolladas, sólo se unió EE UU. "Si se adopta semejante resolución", dijo en un comunicado, "se crearán nuevas e implacables discriminaciones. Por ejemplo, los estados que no reconocen las uniones del mismo sexo como matrimonio serían sujetos al escarnio público y recibirían mucha presión".
Finalmente, un total de 66 naciones ratificaron la declaración. Otras 57 se opusieron, firmando un texto de oposición y dejando implícitamente a EE UU y al Vaticano del lado de gobiernos célebres por sus abusos en materia de derechos humanos como China, Siria, Egipto o Sudán.
Son más de 70 los países que consideran la homosexualidad como una práctica ilegal. En siete de ellos, como Irán o Pakistán, se castiga con penas como el ahorcamiento público. Estos países, en su mayoría islámicos, dijeron en su propia declaración que el reconocimiento de orientaciones sexuales alternativas podría llevar a "la normalización social y, posiblemente, la legalización de actos deplorables, como la pederastia".
EE UU también rechazó ese texto, y se limitó a decir que no firmaría la resolución original porque entraba en conflicto con legislación aprobada en el pasado en diversos Estados federados. En muchos de ellos se han prohibido las uniones homosexuales a través de enmiendas constitucionales. Ayer, Wood dijo que "un exhaustivo proceso de revisión" de la declaración permitió "ratificarlo sin que ello implique ningún tipo de compromisos legales".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.