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Michel Crozier: "La contestación a la burocracia del poder es cada vez más fuerte"

El profesor francés Michel Crozier, sociólogo de lo cotidiano, como él mismo se califica, está convencido de que la contestación a la burocracia del poder es cada vez más fuerte. Así lo ha manifestado recien temente en Madrid, donde ha presentado uno de sus últimos libros, No se cambia la sociedad por decreto, que en su versión española ha sido editado por el Instituto Nacional de Administración Pública. Además ha pronunciado una conferencia bajo el título Las administraciones públicas y el cambio social.

Crozier, director del Centro de Sociología de las Organizaciones del Instituto de Estudios Políticos de París, autor de casi una decena de libros sobre el fenómeno de la buiocracia, es, posiblemente, el crítico más profundo que se ha levantado contra la Administración francesa, puesta muchas veces como modelo de funcionamiento. En su intervención de Madrid, Crozier dijo que la actual Administración francesa había cosechado muchos fracasos porque no se había adaptado a los cambios sociales que se han producido en el tejido de la población. Para el sociólogo francés no sólo tiene problemas la Administración francesa, sino que todas las administraciones públicas, en general, están en crisis porque no se han adaptado o se adaptan difícilmente a 0las transformaciones aceleradas y profundas del entorno social. "El problema más grave de esta sociedad en la que vivimos es precisamente el divorcio entre los objetivos a realizar y la realidad. El irrealismo es un problema del que no salen las administraciones. Éstas no tienen los pies sobre, la tierra".

El autor de No se cambia la sociedad por decreto, que fue en otro tiempo fundador y miembro muy activo del Club Jean Moulin, que trató de renovar la vida política francesa en'los años sesenta a través, sobre todo, de acciones cívicas, dice que es un sociólogo de lo cotidiano porque parte del conocimiento de la realidad diaria "para luego entender cuáles son los problemas de comunicación y relación de la sociedad con la Administración".

"Resulta que esta comunicación funcioníamal porque las administraciones no son capaces de hacer frente al crecimiento de la complejidad social, mucho más desarrollada en determinados aspectos que las propias tecnologías. Gracias a esta complejidad se consolida la libertad de los actores sociales, y el Estado no puede seguir ejerciendo el control social sobre el ciudadano en nombre de la propia sociedad".

"Los controles se multiplican", dice Crozier, "pero son cada vez menos eficaces frente a unos ciudadanos que viven dentro de un mundo caracterizado por la abundancia de la información y la explosión de las comunicaciones. En muchos casos, los ciudadanos están tan informados como la Administración, y por tanto la información ya no puede ser considerada como un instrumento de poder en manos de una sola de las partes".

La falta de entendimiento entre las administraciones y los ciudadanos se ensancha todavía más por una contradicción: los individuos y grupos sociales demandan cada vez más la intervención de los poderes públicos en muchos aspectos de la vida cotidiana, y, sin embargo, cada vez es más limitada la capacidad de intervenir que tiene la Administración, sobre todo la Administración concebida al modo tradicional. Ante este panorama, no es extraño, según señala Crozier, que aparezcan cada vez más formas de contestación a la burocracia del poder y al poder de la burocracia.

Descripción apocalíptica

Lo que podría parecer una descripción caricaturizada e incluso apocalíptica sobre el desarrollo de las administraciones tiene para Crozier un punto de salvación. "Las vías de desarrollo indispensables", dice el sociólogo francés, "para responder a los profundos cambios sociales en curso exigen, sobre todo, un esfuerzo intelectual. Se concentran muchos esfuerzos en el análisís de las tecnologías en punta, pero no se toma conciencia de que probablemente la verdadera revolución se está produciendo en las relaciones humanas y en los modos de organización en los que la Administración pública puede y debe jugar un papel muy importante".

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