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Reportaje:

Médicos mayores, sobradamente preparados, altamente necesarios

El déficit de facultativos pone en cuestión la jubilación forzosa a los 65 años y aconseja flexibilizar la edad de retiro - Madrid y Cataluña han dado marcha atrás

Elena G. Sevillano

"Yo iba a hacer más". A Ignacio Blanco, neumólogo, casi no le salen las palabras. Sólo se embala cuando habla de sus investigaciones sobre la alfa-1 antitripsina, una proteína que podría ser clave para entender la fibromialgia. Es día laborable, pero contesta al teléfono desde su casa de Oviedo. "Hoy fui a llevar los papeles de la jubilación", suspira. Es uno de los 80 médicos de los que el servicio de salud asturiano ha decidido prescindir. Cumplió 65 años en mayo. Ha tenido que dejar su puesto en el Hospital Valle del Nalón, en Langreo, desde donde dirigía una línea de investigación de la que es referente mundial. Publicaciones en revistas, patentes, becas del Instituto Carlos III, invitaciones para participar en congresos internacionales... Todo parado. "Estoy avergonzado. No me atrevo ni a decirles que estoy en la calle".

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Asturias es la última comunidad autónoma en impulsar la jubilación forzosa para los médicos que han cumplido los 65 años. Antes lo hicieron Cataluña, Andalucía, Canarias, Baleares, Cantabria... Algunas, como Cataluña, tuvieron que rectificar por la escasez de profesionales. Madrid publicó una resolución con el mismo objetivo a finales de noviembre pasado. Quince días después tuvo que anularla: los profesionales se le echaron encima. La jubilación a los 65 debería ser un derecho, no una obligación, argumentan. Si el médico conserva la salud y la pericia, debe poder continuar. Sobre todo, cuando se da la paradoja de que fuera del sector público no hay edad límite para ejercer.

Ignacio Blanco no se lo esperaba. "Para mí fue terrible, porque estaba en lo más alto". Dice que está fuerte, que todavía juega al fútbol con su hijo. Y que en lo profesional aún tenía mucho que ofrecer. "Me da tanta pena dejar esto. Estoy muy decepcionado, pero soy muy luchador. Tengo que buscar una salida". Algo así debieron pensar los médicos catalanes cuando en 2004 el Institut Català de la Salut (ICS) decidió deshacerse, en bloque, de 332 de ellos. Muchos recurrieron de forma individual. El sindicato mayoritario, Médicos de Cataluña, interpuso un recurso contencioso-administrativo. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) obligó a readmitir a 20 médicos en febrero de 2008. Cinco meses después, otra sentencia del TSJC tumbó la jubilación forzosa porque la Generalitat no tenía un plan de reordenación de efectivos previo a las jubilaciones. Más de 120 personas están pendientes de sus reclamaciones por daños y perjuicios.

¿Cuándo debe retirarse un médico? ¿A los 65, como casi todo el mundo? ¿A los 70, como han venido haciendo hasta hace muy poco, y aún pueden hacer, por ejemplo, en Murcia? "Un médico no trabaja cavando en una mina, ni arando un campo. A los 65 años es cuando está mejor de cabeza y cuando más experiencia tiene", asegura Manuel Sánchez, vocal nacional de Hospitales de la Organización Médica Colegial (OMC), entidad que agrupa a todos los colegios de España. Él se considera buen ejemplo de ello. A sus 66 años, sigue ejerciendo como cirujano general y del aparato digestivo en el hospital General Yagüe de Burgos. "Ya no hago operaciones de 12 o 14 horas como antes, pero aguanto perfectamente las de dos, cuatro y hasta seis horas", explica. "Eliminar los médicos a los 65 años es un despilfarro que no se puede permitir este país", sentencia.

Los médicos españoles ya no son ningunos chavales. Casi un tercio (31%) de los que trabajan en el Sistema Nacional de Salud tiene entre 50 y 60 años. Un 10% ha superado los 60, según el informe Oferta y necesidades de médicos especialistas 2008-2025. La jubilación masiva de profesionales que se espera en los próximos años supone una amenaza para la sostenibilidad del sistema. Lo constata el estudio, encargado por el Ministerio de Sanidad y el más exhaustivo hasta la fecha. Como consecuencia de las jubilaciones, asegura, se pueden agravar las necesidades de especialistas a partir de 2015 y, especialmente, a partir de 2025. Para entonces, el déficit podría ser de un 14% (22.000 profesionales) "si no se toman medidas", avisan los autores.

Una de esas medidas está clara para Beatriz González López-Valcárcel, catedrática de economía aplicada de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria y coautora del estudio del Ministerio. "No tiene sentido que un país tenga como norma general jubilar a sus médicos a los 65 años. Es una pérdida enorme de recursos humanos. Los hay que están muy bien a esa edad. El sistema debería ser capaz de discriminar y tener flexibilidad". Más que nada, porque al sistema le conviene. Con las cifras actuales, la reposición de efectivos por jubilación "no es preocupante", afirma el estudio. "De momento" avisa González. "Dentro de 15 años, si tenemos en cuenta que hay muchos médicos que rondan los 50, se producirá una jubilación masiva", añade.

Para entonces, los médicos jóvenes no serán suficientes para sustituir a sus colegas sesentones, alerta el estudio. Las facultades de Medicina españolas licenciaron en el curso 2006-2007 a 3.841 estudiantes. Al mismo tiempo (2007), el Ministerio de Educación homologó 5.383 títulos extranjeros de licenciado en medicina. Por primera vez, los titulados en otros países superaron a los estudiantes salidos de las universidades españolas. Formar a un médico cuesta, además de mucho dinero, algo más de una década: la carrera suma seis años. La preparación del examen para obtener una plaza y poder especializarse, otro año más. La formación MIR (médico interno residente) es de cuatro o cinco años, según la especialidad.

El tan temido déficit de médicos ya está aquí, asegura el estudio. Basándose en la percepción de los responsables de recursos humanos de las comunidades autónomas, el trabajo concluye que faltan profesionales en 27 de las 43 especialidades médicas. En la mayoría el déficit se define como "leve", pero en cinco (cirugía torácica, geriatría, cirugía pediátrica, farmacología clínica y neurocirugía) es ya "moderado" -entre el 10% y el 25% de los médicos en activo- y en dos (pediatría y medicina de familia), "grave" -más del 35% de los médicos en activo-.

Como dice el estudio, hay que tomar medidas para atajar el déficit. El Ministerio de Sanidad propone algunas: intentar recuperar a médicos que trabajan en el extranjero, agilizar la homologación de especialistas extracomunitarios, aumentar las plazas de medicina, etcétera. Pero ni palabra de prolongar, de forma voluntaria, la vida activa de los facultativos. En ese tema, el ministerio echa balones fuera: "Las comunidades autónomas son las que gestionan los recursos humanos en sus territorios", asegura un portavoz. Y el resultado es que cada una hace lo que mejor le parece.

Existe una norma común, la ley del Estatuto Marco, aprobada por el Partido Popular a finales de 2003, que establece la jubilación forzosa del personal estatutario (el de los servicios sanitarios públicos) a los 65 años. Con excepciones: "El interesado podrá solicitar voluntariamente su permanencia en servicio activo hasta cumplir, como máximo, los 70 años de edad, siempre que quede acreditado que reúne la capacidad funcional necesaria". Pero la ley deja en manos de cada servicio de salud autorizar esa prórroga en base a sus necesidades. Como resultado, hay comunidades que aplican a rajatabla el Estatuto Marco, otras que lo hacen a medias y algunas que no lo hacen.

Cataluña fue pionera en jubilar a sus médicos a los 65 y en dar marcha atrás a la medida. En octubre de 2007, la consejera Marina Geli tuvo que declarar una moratoria a la jubilación obligatoria en seis especialidades "deficitarias": medicina de familia, obstetricia y ginecología, anestesiología, psiquiatría, radiología y pediatría. Según el Instituto Catalán de la Salud -cuyos médicos tienen, de media, 45,3 años- sólo el 19% de los especialistas se acogieron.

"Fue una medida absolutamente irracional. Ahora que toda Europa estudia alargar la jubilación, aquí hacemos lo contrario, con un planteamiento puramente economicista", critica Antoni Gallego, secretario general del sindicato Médicos de Cataluña. Según datos del ICS, 28 médicos ganaron en los tribunales los recursos para revocar su jubilación. A cuatro los tuvieron que volver a aceptar, pero tres fueron de nuevo jubilados poco después, cuando en 2008 se aprobó el plan de ordenación de recursos humanos: sus especialidades no eran deficitarias. De los 24 restantes, algunos recibieron la sentencia con los 70 cumplidos y otros optaron por la indemnización. A todos les tuvo que pagar el ICS la diferencia entre la pensión y el sueldo que cobrarían de estar trabajando.

La actividad asistencial crecerá en Madrid un 20% en los próximos años, según un informe de necesidades de especialistas hecho público el año pasado. Y para entonces, si los médicos se jubilan a los 65, se necesitarán 6.600 profesionales. Si lo hacen a los 70, sólo 5.000. Esas eran las previsiones del consejero de Sanidad, Juan José Güemes, que a finales de noviembre publicó una resolución en la que endurecía las condiciones para seguir trabajando más allá de los 65 años. Entre otras cosas, el médico podía ser enviado a cualquier puesto de trabajo, en cualquier punto de la región. La presión de los profesionales le ha obligado a anular la medida.

Las comunidades autónomas tratan de no mencionar el beneficio económico que les supone dejar de pagar las nóminas a médicos con más de 30 años de carrera profesional, muchos de ellos jefes de servicio. Prefieren destacar otras ventajas, como el rejuvenecimiento de las plantillas, pero lo cierto es que se ahorran un buen pico al prescindir de los facultativos mejor pagados. Si ésa era la intención de la Generalitat, parece que le va a salir el tiro por la culata, según el sindicato. Gallego hace el cálculo: "Si los 700 médicos que se han jubilado forzosamente entre 2004 y 2008 presentan la reclamación y ganan, a Sanidad le saldría por 70 millones de euros".

Unos meses más tarde que Cataluña, Andalucía jubiló a otros 400 médicos en bloque. Ha seguido haciéndolo, en contra de la opinión del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, que reclama la voluntariedad de la jubilación a los 65. Un estudio estadístico reciente del Consejo alerta del envejecimiento de los médicos andaluces: la edad media está en 51 años y el 28% entrarán en edad de retiro en los próximos 10 años. "Jubilarse a los 65 es un logro; ésta es una profesión de mucho desgaste", concede el presidente de la corporación colegial, Juan José Sánchez Luque. "Pero que se vayan obligados supone perder ese caudal de conocimiento que en medicina es muy importante". Y añade: "Nos van a faltar médicos a corto plazo. Qué mejor que aprovechar los que ya tenemos". Incrementar el número de alumnos en las facultades de medicina no le parece buena solución. "Es peligroso. Ya lo vivimos a finales de los ochenta, cuando el superávit de médicos obligó a muchos a abandonar la profesión porque no encontraban trabajo".

El médico debe poder decidir si sigue o no sigue, opinan los expertos. "Aunque debe existir una comisión que valore el estado físico y mental, así como las habilidades propias del médico", puntualiza el presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina, Joaquín García-Estañ López. "Parece lógico que, si el médico está en buen estado, pueda seguir ejerciendo hasta que su salud física y mental lo permita. En la universidad así ocurre, hasta los 70 años, pudiéndose optar por continuar de emérito al menos dos años más".

La jubilación masiva de profesionales en los próximos años amenaza la viabilidad del sistema.
La jubilación masiva de profesionales en los próximos años amenaza la viabilidad del sistema.CONSUELO BAUTISTA

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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