Irán prohíbe el cotilleo
Teherán cierra nueve revistas de cine y entretenimiento portemor al ejemplo de las "estrellas corruptas" occidentales
Los habitualmente repletos quioscos de Irán están casi vacíos. Al descanso de los diarios por las vacaciones del año nuevo persa se suma el cierre de nueve revistas de cine y entretenimiento. El Ministerio de Cultura y Orientación Islámica ha ordenado su clausura por publicar noticias y fotos sobre la vida de "estrellas extranjeras corruptas" y promover la superstición. Otras 13 publicaciones han recibido advertencias de cierre.
"Afecta sobre todo a los jóvenes, que eran los que más compraban esas revistas", asegura Hussein, quien regenta un quiosco en la avenida de Jordan, uno de los lugares de encuentro de la juventud de Teherán. Para ellos ese tipo de publicaciones constituye, además de un entretenimiento, una ventana al exterior a través de las vidas de los ricos y famosos de Hollywood.
Excepto Havar, que se publicaba en Kurdistán, al norte, ninguna de las otras (Sobh-e-Zendegi, Donya-e-Tasvir, Baznegari, Talash, Be Sooy-e-Eftekhar, Neday-e-Iran, Haft y Shooka) abordaba asuntos políticos. Sus contenidos iban desde reportajes sobre vida social a consejos familiares, pasando por noticias sobre el mundo del espectáculo local e internacional.
El ministerio dice en su web que ha cerrado las revistas por "utilizar fotos de artistas, en especial de estrellas extranjeras corruptas, como instrumentos para despertar el deseo, y publicar detalles sobre sus decadentes vidas, además de anunciar medicamentos sin autorización y promover las supersticiones".
Resulta difícil determinar cuál fue su exceso. Cameron Díaz, Naomi Watts y Angelina Jolie aparecían de lo más recatadas en una de las últimas ediciones de Sobh-e Zendegi. Las fotos las mostraban con ropas amplias y mangas largas, en línea con la estricta moral oficial que exige que las mujeres oculten sus curvas. Unos breves textos daban cuenta de sus últimas andanzas. Algunos observadores apuntan a los anuncios de vitaminas y productos milagro, incluidas píldoras contra la impotencia, que incluían las revistas.
Desde la llegada a la presidencia de Mahmud Ahmadineyad, las autoridades han cerrado más de medio centenar de periódicos y encarcelado a decenas de periodistas, reduciendo el impacto de la eclosión informativa que se vivió durante los gobiernos reformistas. La última de ellas fue, en enero, Zanan, una mensual que cubría asuntos de la mujer desde hacía 16 años.
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