Europa, frustrada por la lentitud de la negociación del clima
La Cumbre de Durban arranca con el único fin de pactar un calendario
Las Cumbres del Clima son cada vez más repetitivas. En la de Bali, en 2007, los países acordaron un calendario -hoja de ruta, lo llaman- para cerrar en dos años un tratado que sustituyese al de Kioto. Han pasado cuatro años y la Cumbre de Durban a lo más que aspira es a pactar de nuevo un calendario para tener en 2020 un acuerdo internacional que remplace a Kioto. "Claro que es frustrante estar así. Yo estuve en Bali. Pero este es el escenario en el que nos movemos, no el que nos gustaría. La UE estaba dispuesta hace dos años a firmar un tratado, como nos comprometimos en Bali, pero otros no lo estaban", replicó a este diario la comisaria de Acción por el Clima de la UE, Connie Hedegaard.
Hedegaard ha abierto la semana decisiva de la Cumbre del Clima advirtiendo de que no hay más tiempo. "En las ultimas semanas he oído a grandes economías y grandes emisores decir que no tenemos que tomar decisiones aquí en Durban porque tenemos tiempo para pensar. Que podemos esperar hasta 2015. Europa cree firmemente que el mundo ya ha tenido tiempo suficiente para pensar. No se trata de pensar, sino de actuar", ha declarado en rueda de prensa, en alusión al propósito de países como EE UU y China de esperar a 2015. Estos esgrimen que como ya está claro que no puede haber un nuevo tratado hasta 2020, todavía no hace falta sentarse con los números.
Europa acepta seguir vinculada a un segundo periodo de Kioto -el vigente expira a final de 2012-, como reclaman los países en desarrollo, pero advierte de que eso no basta. Kioto solo englobaba al 25% de las emisiones y ahora, con la negativa a permanecer dentro de él de Japón, Canadá y Rusia, ese porcentaje baja hasta el 11%. Hedeggard explicó que nadie podrá vender como un triunfo una prórroga de Kioto en esas condiciones.
La UE acepta prorrogar Kioto como "un puente al futuro" pero solo si arranca el compromiso de que EE UU, China y el resto de grandes emisores se comprometan a sumarse en el futuro a un acuerdo vinculante. "No podemos seguir teniendo grandes emisores que solo actúan voluntariamente", ha afirmado Hedegaard. La UE tiene en marcha toda la legislación de recorte de emisiones hasta 2020 y, con la crisis económica y la reducción de la actividad industrial, roza ya el objetivo de reducir sus emisiones un 20% en 2020 respecto a 1990.
Los responsables europeos han suavizado las expectativas sobre el anuncio de China de que acepta un tratado vinculante. "China siempre ha estado a favor de un acuerdo legalmente vinculante, pero la clave es saber si China va a estar legalmente vinculada y sobre eso aún hace falta mucha clarificación", ha señalado la comisaria. Responsables de EE UU han realizado comentarios similares, según Reuters.
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