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Reportaje:

Eres lo que buscas

La Unión Europea abre una investigación sobre el uso que hace Google de la información que posee de los internautas

Ana Carbajosa

El periódico preferido, el lugar de vacaciones, el tipo de películas, la música elegida, el gusto culinario. Casi todo lo que interesa a cada internauta lo sabe Google, el buscador más utilizado del planeta. Cada vez que alguien teclea una palabra de búsqueda, Google guarda esa información durante un máximo de dos años. Eso preocupa a los guardianes de la privacidad europeos, que han pedido a Google que explique por qué guarda esos datos, durante cuánto tiempo y quién tiene acceso a tan valiosísima información desde un punto de vista comercial.

Google se justifica con necesidades operativas y de protección de la Red. Y se queja de que rivales como Yahoo! o Microsoft ni siquiera han fijado un límite temporal para el almacenamiento de los datos de sus usuarios. A mediados de junio, los expertos europeos se sentarán a analizar la respuesta de Google y emitirán un nuevo veredicto.

"Sólo unos pocos pueden acceder a la información", alega Google

El almacenamiento entre 18 y 24 meses de los datos de los internautas "no parece cumplir los requisitos de la legislación de protección de datos europea", reza la carta enviada a Google en mayo por el presidente de Artículo 29, el grupo de expertos de los Veintisiete que asesora a la Comisión Europea en materia de privacidad de datos. El texto indica que los buscadores "no deben guardar ninguna información sobre la búsqueda que pueda relacionarse con los usuarios". "Google retiene datos personales, que pueden establecer el perfil de una persona: dónde come o veranea, todo. Hay que asegurarse de que esa información cumple con la Ley de Protección de Datos, y ver quién tiene acceso a ella y por cuánto tiempo", explica el portavoz comunitario de Justicia e Interior, Friso Roscam.

Peter Fleischer, el asesor para las cuestiones de privacidad de Google, explica que el acceso a esos datos está restringido a un número muy limitado de personas. "Es como un banco, sólo unos pocos pueden acceder a la información de los clientes. ¡Ni siquiera yo puedo consultar nuestros datos!", cuenta por teléfono desde París.

Fleischer explica que su empresa necesita tener esos datos y analizarlos para afinar las búsquedas e incluso detectar los ataques de spam y de los hackers. "Somos el único buscador que se ha autoimpuesto un límite en el tiempo de almacenamiento de datos. ¿Por qué nos hemos convertido en los malos?", se queja.

Se da la paradoja de que desde 2005, la UE obliga por ley a las empresas de Internet y de telefonía a guardar los datos de las comunicaciones de sus clientes entre seis meses y dos años para que los servicios policiales y de espionaje puedan pedir esta información para una investigación antiterrorista. Pero, según consta el Ejecutivo comunitario, esa ley sólo obliga a retener la información a los "servicios electrónicos de comunicaciones o a las redes" y no incluye "proveedores de contenidos como Google". "Colgaremos antes del 19 de junio nuestra respuesta en el blog oficial de Google. Nosotros no tenemos problemas de transparencia", informa Fleischer.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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