Asesinados una anciana y su hijo en su bar del Eixample barcelonés
Los asaltantes reventaron la tragaperras tras matar a los dueños a golpes
Una mujer de 85 años y su hijo, de 54 y con graves problemas de visión, fueron golpeados hasta la muerte en el pequeño bar de su propiedad situado en el céntrico Eixample barcelonés. Los ladrones (los Mossos d'Esquadra sospechan que fueron dos)les atacaron presumiblemente con la misma barra que usaron para reventar la máquina tragaperras y la caja registradora, cuyas recaudaciones se llevaron. Aunque los Mossos d'Esquadra estudian el robo como principal hipótesis del doble crimen, la brutal e innecesaria violencia utilizada ha conmocionado a los investigadores, que se toparon con el bar totalmente revuelto y restos de sangre por todo el establecimiento.
María C. S. y Josep F. C. eran "dos personas encantadoras, sencillas y muy trabajadoras", según sus conocidos. "Ella casi no podía moverse. El otro día la tuve que acompañar para cruzar la calle y me sorprendió lo débil que estaba", explicó una vecina del bloque donde vivían los fallecidos, a apenas unos 100 metros del bar Joan. Pese a ello, la mujer "seguía trabajando y tratando de echar una mano en la cocina a sus hijos. Él apenas veía y era su hermana la que, con la ayuda de una empleada, llevaba el negocio".
Pasadas las diez de la noche del lunes, madre e hijo hacían la recaudación de la jornada, lavaban los últimos vasos sucios y ordenaban las mesas. Como siempre, dejaron la persiana a medio bajar, un detalle que les perdió: los asaltantes subieron sin dificultades la persiana del local y, dentro, "se ensañaron sin piedad". Los dos cuerpos fueron encontrados con el cráneo fracturado. "Los pobres no tenían forma de defenderse. No entiendo tanta violencia. Eran gente humilde. Los ladrones quizá se enfadaron porque había poco dinero en la caja", aventuró Hugo Mohamedi, camarero en el vecino bar Jofama. "Vamos a acabar teniendo que ir armados para defendernos. Yo he vivido en este barrio toda la vida y ahora me siento inseguro", añadió.
Al bar Joan, situado en la esquina de las calles Provença y Bruc, junto a la avenida Diagonal, acudían clientes de toda la vida a desayunar o tomar el aperitivo. "Era uno de los bares más antiguos de la zona. Servían cafés y bocadillos. Ellos eran la tercera generación que lo llevaba", explicó otra vecina. Un bar modesto, de sillas antiguas de piel y patas de hierro, unas cuantas mesas de madera y al fondo la tragaperras desvalijada.
Los asaltantes ?la policía sospecha que el doble crimen fue obra de más de una persona? podrían haber actuado bajo los efectos de sustancias estupefacientes.
La extrema violencia empleada por los asaltantes hace sospechar a los investigadores que pudieran estar bajo los efectos de alguna droga. La policía precintó los contenedores de basura de la zona y paralizó las obras del túnel del AVE ?que se desarrollan delante del local? en busca del arma homicida. Los vecinos se quejaron, precisamente, de que las obras está dejando la zona "muy oscura y solitaria", lo que genera sensación de inseguridad. "Las obras los han enterrado", llegó a decir Àngels, vecina del barrio, que iba cada mañana a tomar un café y una madalena al bar.
Los agentes han solicitado las imágenes registradas por las cámaras de seguridad cercanas al lugar de los hechos. , en el número 338 de la calle de Provença.Según fuentes de la investigación, los robos con violencia no acostumbran a tener resultados tan trágicos. En este caso, además, habría bastado un simple empujón (o una amenaza, tal vez) para acometer el robo con éxito, según las mismas fuentes. Pese a lo inexplicable de la violencia ejercida, ni el tipo de local ni las circunstancias personales de las víctimas invitan a pensar en otras hipótesis.
Los mossos encontraron el local patas arriba, la tragaperras reventada y la caja registradora, vacía. Por todo ello, la principal hipótesis del doble crimen es el robo. Pese a lo inexplicable de la violencia ejercida, ni el tipo de local ni las circunstancias personales de las víctimas invitan a pensar en otras hipótesis. Al menos, por ahora.
Angelina, hija y hermana de los fallecidos, descubrió los cuerpos al acudir al bar preocupada porque sus familiares tardaban demasiado en llegar a casa. Fue ella la que, al descubrir los cuerpos a las once de la noche, alertó a los servicios de emergencias. Los gritos de la hija alertaron a Nati, vecina del bloque contiguo, que bajó corriendo a ver qué sucedía. "Les tomamos el pulso pero ya no había nada que hacer", explicó, conmocionada.
"Estamos muy indignados y preocupados por lo que ha ocurrido. Por fortuna, no es habitual que ocurra esto", declaró a este diario Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación de Comercio de Cataluña, que pidió al consejero de Interior, Joan Saura, la "máxima firmeza" para resolver este caso.
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